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Un vecino de la zona de la calle Eusebi Estada ha denunciado que el parque Estada es utilizado como depósito de coches abandonados por parte de las grúas municipales, servicio que por el momento gestiona la empresa Dornier SA. Los coches, según esta información, se dejan principalmente en las calles Julián Gayarre y Tomás Luis de Victoria, colindantes con el parque.

Según el denunciante, «el parque no sólo se encuentra abandonado por el Ajuntament de Palma, sino que además es utilizado por grúas con el anagrama del Consistorio para depositar los vehículos que retira y no sabe dónde dejar, probablemente porque de los coches abandonados no se recaudan beneficios a través de multas dada la dificultad de encontrar a sus propietarios».

Esta persona asegura que él y otros vecinos son testigos de esta acción por parte de las grúas municipales. «De un día para otro pueden aparecer media docena de coches, justo cuando poco antes se han retirado otros tantos, después de meses de denuncias, como si supieran cuándo hay espacio libre para dejar nuevos vehículos», continúa.

La principal consecuencia para los residentes de la presencia de estos coches es que «los vecinos tenemos cada vez mayor dificultad para encontrar aparcamiento». Por su parte, el responsable municipal del área de Governació, José Manuel Sierra, negó a este diario tener ningún conocimiento de esta acción por parte de las grúas municipales. El edil afirmó que los coches que se retiran de la vía pública se llevan preferentemente al depósito de la plaza Alexander Fleming y, si no, al viejo depósito de Son Toells, al que van a parar sobre todo los vehículos abandonados.

No obstante, y aunque dijo que estos dos depósitos no están tan llenos como para necesitarse llevar los coches a otra parte, Sierra aseguró que investigará esta denuncia «para ver si ocurre algo fuera de lo normal». El denunciante cuenta, además, con la declaración de un policía local que le confirmó que los coches que eran llevados al parque Estada «eran los que se retiraban por estar molestando en alguna calle donde se realizan obras del Pla Mirall pues, al perecer, no se sabe dónde dejarlos».