Miquel Gelabert: «La anguila mallorquina tiene los días contados»

El consumo de anguilas ya no es, como antaño, exclusivo de las fiestas de Sant Antoni, pero sí el de espinagades, este plato típico pobler que se come en estos días y que en una de sus versiones tiene como ingrediente la anguila.

Miquel Gelabert Massanet es, sin duda, la persona de Mallorca que más sabe de la pesca de anguilas. Miquel tenía alquilada para su explotación s'Albufera de Muro, antes de que ésta fuera parque natural, y en sus recuerdos está la pesca del año 45. «Ese año pesqué 45 toneladas, y en sólo una noche cogí 11. Fue un año excepcional. Entonces en Mallorca sólo se consumían dos o tres toneladas al año y tuve que llamar a un teléfono de Holanda que me dieron de una empresa que se dedicaba a comercializar anguilas para poder venderlas. Al principio no querían venir porque pensaban que no valdría la pena; sin embargo, cuando les dije que tenía 40 toneladas a su disposición el barco holandés, que llevaba 200 toneladas en sus viveros, vino a buscar también las mías.

Ahora en Mallorca ha aumentado el consumo hasta llegar a 40 o 50 toneladas anuales, ya que antes se consumían, prácticamente, sólo en Muro y sa Pobla cuando llegaban las fiestas de Sant Antoni; ahora es un manjar más apreciado y se sirve en casi todos los restaurantes de Mallorca. Sin embargo la pesca ha descendido y sólo se cogen dos o tres toneladas al año.

Miquel, desde hace diez años, hace pruebas para criar anguila mallorquina porque, según dice, son las mejores y su sabor no puede compararse con la que traen de fuera. «Llevo 23 millones invertidos pero no ha dado resultado, puedo asegurar que la anguila mallorquina se esta acabando, no tiene remedio», añade.

Ahora pesca en s'Albufereta de Alcúdia pero lo que coge es sólo para el consumo privado. Cuenta que la anguila llega pequeña, en forma de angula, de las Bermudas y se hace grande en los canales de las albuferas.