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La apertura del Hospital General Son Llàtzer y de sus más de 500 camas supondrá un auténtico respiro para la sanidad pública mallorquina que si de una cosa carecía era precisamente de los suficientes medios para hacer frente a la demanda. Las obras tenían que haber culminado en 1999, pero hoy todavía siguen y ahora se espera que abra sus puertas durante el segundo semestre del año.

Y en este contexto, la sanidad pública balear está de enhorabuena ya que Son Dureta, tras años de espera, podrá iniciar la segunda fase de su plan director, que consiste en su modernización y puesta al día después de más de cincuenta años de funcionamiento.

La incógnita está en el Hospital de Inca. Las disputas entre el Gobierno de Madrid y el de Balears continúan. Ambas administraciones quieren el hospital, pero Balears no está dispuesta a su cofinanciación tal y como había pactado el gobierno autonómico de Matas. Con todo, este hospital tardará en ser una realidad y con toda probabilidad será después del traspaso de las competencias sanitarias.

Balears quiere las competencias sanitarias (las que ahora gestiona en Balears el Instituto Nacional de la Salud, Insalud) y por eso el año 2000 puede ser clave en la negociación. El Govern balear quiere unas competencias bien dotadas en las que se tenga presente la población flotante que atiende la sanidad pública en las Islas y es eso lo que defenderá.

También para el 2000 está prevista la ampliación y mejora de la red de centros sanitarios de Balears con una inversión por parte de la Conselleria de Sanitat i Consum de 300 millones de pesetas. Otro objetivo de la conselleria para este nuevo año es la puesta en marcha de un proyecto de PAC móvil para atender aquellas localidades donde no existe este servicio y los enfermos fuera del horario del centro de salud tienen que trasladarse hasta otras localidades.