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El puerto de Palma experimenta en la actualidad una de sus mayores transformaciones, impulsada por las crecientes necesidades en el tráfico de mercancías. La construcción del futuro pentágono de carga en el Dique del Oeste ha requerido la presencia de un tipo de buque poco habitual en nuestras aguas: se trata de la draga Atlántida Primero, con matrícula de A Coruña, y capacidad de succión de 150.000 metros cúbicos de agua por día (el triple del consumo en Ciutat).

Su actividad se prolonga de forma ininterrumpida durante las veinticuatro horas del día y se calcula que ocupará buena parte del año entrante, hasta el verano. Dos tripulaciones de seis hombres se turnan de forma rotatoria con una tercera en disponibilidad de sustitución mensual. Se distribuyen dos en el puente, dos en cubierta y dos en las máquinas, más un equipo auxiliar. Cuando Ultima Hora accedió a bordo al mando se encontraba el capitán José Ramón Díaz, un bilbaíno que lleva el mar en sus venas y dirige las operaciones desde el puente.

Su labor consiste en rellenar la zona que delimita la futura superficie de 72.000 metros cuadrados, con material de sedimentación extraído del fondo. Para ello debe aspirar arena de distintas zonas del puerto que, mezclada con agua de mar, se almacena en la bodega del buque hasta que se vierte en la zona por el procedimiento de decantación. Esta operación de carga y descarga requiere unas cinco horas y se efectúa hasta cinco o seis veces al día, dependiendo de las circunstancias externas. Así, el tráfico portuario puede incidir el rapidez o lentitud del trabajo. La draga se halla en contacto permanente con los prácticos de Palma para coordinar su labor con las entradas y salidas de buques.