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La concejala del Partido Popular en el Ayuntamiento de Ermua (Vizcaya) y miembro del patronato de la Fundación Miguel Àngel Blanco Ana Crespo declara que, en el último año de tregua en Euskadi, las personas que viven en Euskadi «estamos más tranquilos, pero sin bajar la guardia, porque no sabemos que es lo que se traen entre manos los de ETA».

En una rueda de prensa, previa a la conferencia que pronunció después en la Universitat de les Illes Balears, organizada por la Unió d'Estudiants AIDE-AUBA, Ana Crespo, señaló que ese es el estado de ánimo de los ciudadanos del País Vasco y añadió que «la kale borroka (lucha callejera) sigue actuando y tensión tenemos, sobre todo en el PP, ya que nos siguen insultando por la calle, nos mandan cartas amenzantes, tiran cócteles a nuestras casas, o sea que la tensión es fuerte, pero damos gracias porque no hay muertes».

Preguntada por si aún sigue vigente el «espíritu de Ermua», Crespo dijo que cuando murió Miguel Angel Blanco era más fuerte, «por eso nació la Fundación, pero para que siga vivo debemos concienciar a la juventud de que con la violencia no se llega a ninguna parte».

Para la concejal del PP, el final ideal sería que «ETA se rinda, entregue las armas y pida perdón a las víctimas. Nosotros estamos dispuestos a aceptar su reinserción en la sociedad».

Respecto a la actual situación, Crespo consideró que el Gobierno está abierto al diálogo y que es ETA la que no quiere. Pero, sobre si debe haber o no contrapartidas, la edil se mostró tajante al decir que «creo que no debe haber cesión de nada. Ellos están haciendo daño al país y ahora es el momento de ceder. Por supuesto, que el que está manchado de sangre tendrá que pagarlo», afirmó.