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Los vecinos de sa Calatrava están que trinan, y también ARCA, a causa de las obras de reforma que se están acometiendo, más bien cometiendo, en la plaza Llorenç Villalonga, y que consisten en embaldosar la explanada, que siempre había sido de tierra, lo que suponía disponer de un espacio ideal para los juegos de los niños, y plantar palmeras justo en medio.

Los vecinos y ARCA consideran que la plaza no precisaba de una actuación tan contundente como la que se está realizando por imposición municipal, puesto que el estado «salvaje» en el que hasta ahora ha permanecido le confería una condición especial, muy adecuada al entorno. Consideran que este espacio cuenta con un arbolado frondoso y más que suficiente. Los árboles, de la especie ombú, fueron plantados hace unos 40 años y se encuentran en muy buen estado.

En su opinión, podría haberse mejorado la jardinería, retirando además las hierbas que han ido creciendo espontáneamente. No entienden el afán patológico de plantar esas palmeras cuando lo único que hacen es quebrar la perspectiva desde el punto de vista de ordenación jardinera, «con lo que cabe plantearse si los que hicieron el proyecto no tienen ni puñetera idea o es que tienen otros intereses». Se quejan de que estos arbustos supuestamente alicantinos no harán otra cosa que tapar el frente de fachadas que tiene su mirada al mar, y, entre otros, ocultarán el edificio Maura que recientemente ha sido magníficamente restaurado y que confiere una imagen de nobleza.