TW
0
J.M.R./EFE Palma es escenario estos días de un encuentro nacional de Medicina Aeroespacial en el que alrededor de 120 especialistas tratan de «mejorar los conocimientos de las diversas ramas que la actividad aeronáutica desempeña como los reconocimientos y asistencia a los tripulantes técnicos y de vuelo, y particularmente mejorar los conocimientos para obtener una mayor seguridad operacional tanto a nivel técnico como de los pasajeros», señaló el presidente de la Sociedad Española de Medicina Aeroespacial (SEMA), José Luis López.

Los temas tratados ayer fueron el transporte aéreo de pasajeros enfermos, las alteraciones respiratorias y del sueño en el medio aeronáutico o las enfermedades a bordo de pasajeros sanos.

No obstante, el presidente se refirió ayer al reciente accidente de un avión en el que murieron todos sus tripulantes (entre ellos un famoso golfista) y siguió su camino hasta que se precipitó. «Dentro de las conjeturas y por lo que se ha aportado el avión sufrió una despresurización. A esa altitud a la que volaba el avión (9.600 metros) el tiempo de vida es muy pequeño, de unos tres minutos y luego se entra en un estado de inconsciencia y de muerte inmediata que es lo que le pudo suceder. Lo que no entendemos es si no pudieron contar con el oxígeno adecuado y que el avión hubiera hecho una maniobra de recuperación. Eso la investigación lo clarificará».

Uno de los temas que más llama la atención cuando se habla de aviones es el llamado miedo a volar sobre el que hoy hablará Miquel Tortella del Departamento de Psicología de la UIB. Según un estudio participado por Tortella la prevalencia puntual del miedo fóbico a volar en avión es del 13'19% mientras que un 14'4% presentan malestar moderado o elevado al viajar en avión aunque no cumplan los criterios para considerar el miedo como fóbico.

Esta fobia, que según los especialistas ha sido poco investigada pese a la elevada tasa de prevalencia y a sus repercusiones personales, sociales y económicas, es una psicopatología que, una vez diagnosticada, «es difícil de tratar», explicó el secretario de la SEMA, Francisco Ríos Tejada.

Y señaló que para informar y tratar de paliar la angustia del miedo a volar, algunas compañías proyectan durante el vuelo, vídeos en los que se explica lo que el pasajero debe esperar desde un punto de vista ambiental y médico, indicó.

Según Ríos Tejada, «cualquier persona es susceptible de tener un incidente en vuelo» lo que tiene repercusiones importantes tanto en la seguridad de la aeronave como en materia económica cuando el avión debe ser desviado a un aeropuerto por una emergencia. Apuntó que cada compañía tiene el derecho a decidir si, en determinadas circunstancias, un pasajero con limitaciones médicas puede o no volar, y precisó que, de esta manera, se pretende evitar el agravamiento del pasajero debido a las especiales condiciones del vuelo, así como las molestias que pueden causar a pasajeros sanos que viajan en el mismo avión.