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Los jardines del cementerio de Palma están en buenas manos, basta, si no, con darse una vuelta por él y observarlo. Son entre 8 y 9 mil metros cuadrados de jardín, esparcidos a lo largo y ancho de un camposanto que, pese a la ampliación que se hizo hace años, se ha quedado de nuevo pequeño, por lo que no le queda más remedio que seguir creciendo, como habrán podido ver en otras páginas de este periódico. ¿Que quién es el artífice de tan bello jardín? ¡Hombre!, no hay la menor duda de que es obra de todos, políticos "los menos", técnicos y, sobre todo, jardinero, Manolo Martínez, y sus tres ayudantes, en ocasiones "como en fechas próximas al Día de Difuntos", algunos más. (Manolo, además, se encarga del cuidado del jardín de Bon Sosec).

Manolo afirma que es necesario «podar los arbustos de modo que queden redondos. Podar las ramas de los árboles a fin de que no molesten a la gente que pasa por debajo de ellos, labrar los parterres, quitar yerbas, regar... Hay mucho trabajo, hay muchas plantas y esto es muy grande. Más de lo que parece».