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Uno que ya ha perdido la cuenta de asistencias a cenas anuales de patronales y sectoriales se quedó sorprendido ante el despliegue realizado por el Ejecutivo de Antich en la tradicional cena anual de entrega de premios de la Cámara de Comercio de Mallorca, Eivissa y Formentera, que tuvo lugar en la noche del jueves en el Palacio de Congresos del Pueblo Español.

Salvo Grosske, Mesquida y Salom, el resto del elenco que conforma el actual Govern se puso las mejores galas para dejar constancia del apoyo tácito, directo y sin circunstancias al mundo empresarial en su globalidad, sin distinción de ubicaciones, credos ni pelaje político. Como diría aquél, «hay buen rollo» y ganas de agradar, pero las ausencias, entre ellas la de Maria Antònia Munar en el último momento, dejaron algún interrogante en el aire.

El acto en sí, que contó con una organización perfecta, aglutinó en esta anticuada infraestructura, pero que resume el sentir de toda la clase empresarial por disponer de un Palacio de Congresos (en mayúsculas) en Palma, a una nutrida representación empresarial y financiera. Bellinfante, Garrido, Matemalas, Gual, Barceló, Escarrer, Coll, Rosselló, Oliver, Roses y Fontanet, apellidos todos ellos ligados a linajes empresariales de pro que se sumaron a una larga lista de invitados, entre los que la representación de las entidades financieras también tuvo un destacado papel con la presencia de Verdú, Sagristá, Batle, Torrandell y Espuny.

En los prolegómenos del acto, los corros y corrillos entre unos y otros, algunos con querencias pro presidenciales, permitieron ver departir a Alomar con Simón P. Barceló y Sebastián Escarrer. «Buen rollo». Los Joves Empresaris, con Antoni Pons en cabeza, prácticamente rodearon a Antich. Algo muy especial le tenían que decir... El ex conseller Antoni Rami acudió sin complejos y el presidente honorario de la entidad, Pau Català, quizás recordó eventos pasados sin tanto «galón» pero más cálidos. Para reforzar aún más el simbolismo de esta cena del 99, CAEB y PIMEB recibieron placa y aplausos, lo cual es un síntoma de los nuevos tiempos que corren en la Cámara de Comercio.