La fiesta evoca la batalla de 1229. Foto: JAUME MOREY

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Las tropas catalanas del rei Jaume regresaron ayer a Santa Ponça con motivo de la conmemoración del 770 aniversario del desembarco del ejército cristiano que llegó a Mallorca en 1229 para arrebatar la Isla al Islam. Este acto, recuperado hace tan sólo unos años, se ha consolidado ya como una fiesta popular, dada la activa participación ciudadana, tanto en el desfile como en las sucesivas batallas, que cada año adquiere mayor importancia.

La gran mayoría de los actores del simulacro prefiere vestirse con atuendos moros "seguramente porque éstos llevan días de fiesta de ventaja a los cristianos", mientras que las tropas invasoras están integradas mayoritariamente por niños y jóvenes. Las naves procedentes de Salou se concentraron ante la playa de Santa Ponça a media tarde y desembarcaron en el puerto deportivo, mientras que las tropas sarracenas se preparaban para el ataque en la Creu de Santa Ponça.

Tras el desfile de las tropas de la cruz y las cuatro barras, por un lado, y de la media luna, por el otro, se sucedieron las escaramuzas guerreras y los enfrentamientos en el Caló d'en Pellicer, para terminar finalmente en la arena de la playa. La jornada concluyó con juegos medievales y una cena amenizada con música. Aunque el origen de la celebración de esta festividad se debe a la iniciativa vecinal, en la actualidad ha pasado a manos del Ajuntament de Calvià y se incluye dentro del programa de la Diada de Mallorca.