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Más de 400 especies diferentes de animales, pertenecientes a los cinco continentes, tienen su hábitat en los 30.000 metros que ocupa uno de los parques zoológicos de Mallorca. En el Natura Parc de Santa Eugènia se pueden observar animales como el emú, el ñandú y el avestruz "aves muy parecidas", llamas, guanacos, cabras de angora, y otros más conocidos por todos como el caballo, la vaca o la gallina.

Cada especie del parque necesita de un tipo especial de cuidado y mantenimiento "del que se ocupan tres biólogos, un veterinario y cuatro especialistas" y, para ello, se han creado recintos especiales «en los que pueden desarrollar plenamente sus funciones vitales», explica Antoni Mas, director del complejo.

Por este motivo, la fauna del parque no necesita cuidados específicos según la estación del año. «El clima de Mallorca no es agresivo, no hay grandes cambios de temperatura».

Lo que sí varía según la clase de animal es el tipo de comida. Los hay que comen insectos, otros más normales comen carne, pescado y verduras. Los más originales son, quizás, el marabú "el ave voladora más grande del mundo" y el buitre negro que, al ser carroñeros, comen animales muertos.

En este centro se pudo comprobar que los fenómenos astronómicos trastornan a los animales. Antoni Mas afirma que toda la fauna se mostró algo extraña durante el eclipse del pasado miércoles 11 agosto. «Los que más lo sufrieron fueron los flamencos. Pasaron el día durmiendo».