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«MC» sale el 3 de septiembre Como ya hemos publicado en otras ocasiones, Mario Conde publicará el primer número de «MC» el próximo 3 de septiembre. Lo hará sin más; quiero decir que sin previa presentación de «MC» en fiesta fastuosa sobre moqueta y entre canapé y Jabugo. Ese día, si no hay contraorden, los quioscos tendrán que hacer un hueco para colocar el bloque de «MC», por cierto bastante voluminoso dado el grosor de cada número.

Sabemos que Conde va escribir en esta revista sin ánimo de venganza, como ya ha repetido en varias ocasiones, aunque puede que cuente alguna de sus experiencias, ¿y por qué no, si puede ser el mejor cronista por el hecho de haber vivido en carnes propias muchas de las cosas que pueda contar? Igualmente, sabemos que un apartado de esta revista estará destinado a contar situaciones más o menos curiosas, más o menos comprometidas, de periodistas, ¡qué sé yo!, que fulanito de tal ha sido visto tomando una copa con menganita de cual, o que fulanito de tal ha sido sorprendido en moto acuática con morena despampanante, o sabemos que fulanito de tal se ha entrevistado con el ministro tal en su casa, etc. Una sección de chismorreos en que el protagonista será el periodista. Pero, ¿qué contará «MC» de política? ¿qué temas abordará? Conde, al parecer, tiene también muy claro cuál va a ser su política sobre la política: «Abordaremos temas que a la gente le interesen, y no sobre los que quiera el editor. Si a la gente le preguntas sobre diez asuntos que crees que son de rabiosa actualidad y ves que no les interesan, no escribas de ellos pues no van a ser leídos. Me refiero a temas de pequeñeces políticas del no sé qué, del no sé cuántos. Sin embargo, sí creo que le interesan temas que aborden el a dónde vamos en una sociedad en la que los jóvenes comienzan a trabajar, si pueden, a los 30 años y a los 52 se les jubila. ¿A dónde vamos? ¿Está preparada esta sociedad para eso? ¿De dónde vamos a sacar el dinero para financiarla? ¿Qué esperanza estamos dando a un señor que va a tener una vida útil de 22 años? Porque no hay duda de que todo eso va a influir en los hijos, o en qué haces tú a los 52 años, jubilado, o en si este país cuenta con la suficiente infraestructura de ocio para esto. Yo creo que el planteamiento de estos problemas es lo que le interesa a la gente y no las pequeñeces políticas a las que nos tienen acostumbrados a diario, dicho sea con mis respetos».