Los pilotos de los aviones F-18 son el alma del buque. Foto: JAUME MOREY.

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«Hemos efectuado más de tres mil operaciones en Yugoslavia», indicó ayer en Palma el comandante aéreo Dale E. Lyle a bordo del portaaviones Theodore Roosevelt, fondeado en Palma. Tras dos meses y medio de actividad y tensión ininterrumpida, sus más de 5.000 tripulantes (entre ellos 400 mujeres) disfrutan de su primer y ansiado descanso en Mallorca.

Durante la campaña de Kosovo, sus 72 aviones han salido a diario despegando al ritmo de uno cada medio minuto. Ante la aparente falta de respuesta enemiga, Lyle asegura que la aviación del portaaviones ha adecuado sus funciones tácticas según las posibilidades de defensa adversaria. Estas misiones, realizadas en dos ocasiones con aviones F-18 españoles, han apoyado la acción emprendida desde la base italiana de Aviano. «Las acciones se han basado en la capacidad de respuesta yugoslava, que era muy buena y los errores cometidos en ocasiones no han afectado a la moral de los pilotos», recalcó el capitán del navío, David R. Bryant.

Asimismo, aseguró que siempre en tiempos de guerra ocurren accidentes, pese al esfuerzo realizado para asegurar la corrección de las operaciones, cuyo balance lo evaluó como «un éxito fantástico». Ahora, los mandos del buque desean un buen entendimiento con las fuerzas de ocupación rusas en Kosovo y, aunque no descartan volver al Adriático, prefieren el mantenimiento de la paz.