El nuevo recorrido aportó mayor amplitud.

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La festividad del Corpus en Palma fue vivida con gran solemnidad. Cientos de fieles asistieron en la catedral al oficio mayor que presidió el obispo de Mallorca, Teodor Úbeda, y al que asistió por vez primera el alcalde de Palma, quien ocupó un lugar entre el público.

La amplitud del nuevo recorrido, por Palau Reial, Cort y Cadena, propició que fuera presenciada por numeroso público a ambos lados de las calles, mientras los balcones de los edificios aparecían desiertos a excepción de un total de 18 que exhibieron lienzos, que no damascos, de color púrpura. A falta de moradores, tampoco se lanzaron desde ellos los pétalos de flores al paso de la custodia, si bien desde uno ofrendaron bugambilias.

Con mayor profusión fueron adornados los balcones del Ajuntament, desde Cort hasta la Plaça de Santa Eulàlia, Consell Insular y Palacio March, además de dos alfombras florales situadas en el portal mayor de la catedral y Cort, y la tradicional murta frente a edificios institucionales.

Acabada la misa solemne abrieron la procesión los miembros de la Sección Montada de la Policía y los Tamborers de la Sala. Entre tanto, en la explanada de la catedral los grupos de Cossiers y Cavallets deleitaban con sus danzas al público allí congregado.

La salida de la custodia con el Santísimo, que este año cambió las andas por un bello trono mecanizado, fue saludado por el emotivo tañido de n'Eloy. Acompañándola estuvo el obispo de Mallorca, Teodor Úbeda, y la banda Municipal de Música. Llegada a la Plaça de Cort realizó la tradicional parada frente al Ajuntament.