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El entrenador del Mallorca, Héctor Cúper, desveló una decisión anunciada: terminado su contrato, el 30 de este mes que hoy comienza, abandonará su cargo en la empresa. Este anuncio no ha causado ninguna sorpresa, porque el señor Cúper se había negado a avanzarlo, signo evidente de que no pensaba prorrogar su estancia.

No queda más que respetar su decisión, agradecerle los servicios prestados y desearle mucho éxito en su nuevo puesto, excepto cuando interfiera en los intereses del Mallorca. El señor Cúper se marcha después de haber logrado, en sólo dos temporadas, los mayores éxitos del club en toda su historia. A los que hay que añadir su comportamiento personal que le ha valido la admiración de los mallorquinistas y el respeto de todos. Y así lo ha valorado este diario otorgándole el Siurell de Plata, que recibió el pasado viernes.

El domingo día 13 será el día más oportuno para despedirle como se merece tan extraordinaria trayectoria, y agradecerle lo que ha hecho por el club decano, más allá de las cláusulas del contrato que ahora finaliza. Sus méritos deportivos ahí están y no necesitan ser cantados. Ha tomado una decisión que es la que más le conviene a él y sus colaboradores, y la menos favorable para el Mallorca, pero debemos mostrar nuestro señorío respetándole hasta el último día para corresponder a la elegancia con que ha hecho de su libertad.

Y, sobre todo, aprender de su paso por el club: sin grandes figuras, ni grandes nombres en el equipo técnico, trabajando con seriedad y honradez, el Mallorca puede ser grande en lo deportivo y en lo social. Cúper ha hecho algo muy importante para el Mallorca: ganarse el respeto en toda España y en Europa y dejar un camino abierto que debe continuarse. Se va él y lo que debe hacerse es no desanimarse y continuar su trabajo.