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Pudo haber sido un auténtico caos pero no lo fue y no lo fue por dos razones: Una, por el excelente dispositivo montado para atender a los seis mil turistas «atrapados» en la noche de Son Sant Joan, y dos, por el no menos excelente comportamiento de éstos, que se vieron obligados a pernoctar en la terminal A para poder regresar sin problemas a sus lugares de origen. Pero vayamos a lo que sucedió durante esas nueve horas de huelga y que vivieron de forma muy intensa los fotógrafos Humphry Carter y Sebastián Amengual.

A las 00.00 horas se iniciaba la huelga ya con un piquete informativo de unas 200 personas en Son Sant Joan después de que estos hubieran comprobado en las cocheras de las empresas que los autocares estaban parados. Más de un empresario acudió al aeropuerto para ver qué hacían sus colegas: si ponían en marcha servicios mínimos o no. A la una de la madrugada el último de los autocares aparcado en el aeropuerto se retiraba hacia las cocheras.

Prácticamente media hora después se producía el primer y único enfrentamiento relevante en la planta quinta del aparcamiento cuando a un descontrolado le dio por lanzar una piedra contra un microbús alquilado para llevar a turistas. La policía se vió obligada a intervenir con saldo de una persona con rasguños.

El balance de daños se saldó con tres microbuses de Nekerman con las ruedas pinchadas y siete autobuses de la TUI con las lunas delanteras rotas.
Entre tanto 6.000 personas se congregaban en la terminal A donde se había montado todo el dispositivo para pasar la noche, se extendieron miles de colchonetas y se repartieron varias cunas para que grandes y pequeños pudieran dormir, en espera de la salida de madrugada y primera hora de la mañana de los aviones. Otros optaban por desperdigarse por las instalaciones aeroportuarias en busca de un lugar donde pasar la noche. Sobre las tres de la mañana se empezaba ya a mandar turistas hacia los vuelos y a las nueve de la mañana la terminal estaba completamente vacía y limpia en una demostración de civismo. Todos hicieron uso de las papeleras. El comportamiento de los turistas fue excepcional.