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La red viaria de Palma se completó ayer un poco más con la apertura de un nuevo tramo del segundo cinturón, una carretera de 3'7 kilómetros que une la rotonda de Son Ferriol y la carretera de Alcúdia, y que en un futuro se prolongará hasta la carretera de Valldemossa. Con la entrada en servicio de esta carretera se prevé la descongestión de la Vía de Cintura, ya que el tráfico procedente de la carretera de Alcúdia podrá desviarse por esta calzada para llegar hasta el aeropuerto.

Joan Verger, conseller de Foment, inauguró este nuevo tramo, aunque con medio año de retraso: «El Ajuntament de Palma pidió la construcción de un paso subterráneo y hubo problemas con unas tuberías de EMAYA y con la red de GESA».

Verger consideró que se trata de proyecto necesario, pero dio por sentado que en poco tiempo la Vía de Cintura volverá a estar saturada. Aseguró que será necesaria la ampliación de la intersección del segundo cinturón con la carretera de Manacor: «Habrá que mejorar sustancialmente este punto, ya que puede producirse un colapso en esta rotonda. De hecho, se verá afectada por el desdoblamiento de la carretera Palma-Son Ferriol».

Esta obra ha supuesto una inversión de 230 millones. Tiene 2 carriles de metros y arcenes de 1'5 metros. A lo largo de 3'7 kilómetros se han construido dos pasos subterráneos, una intersección nueva y una rotonda con el Pla de na Tesa. Foment contempla su iluminación y en el convenio de carreteras se prevé, a medio o largo plazo, el desdoblamiento de la calzada. Esta carretera también es beneficiosa para Marratxí. Miquel Bestard, alcalde de este municipio, expuso que «servirá para descongestionar el Pont d'Inca y el Pla de Na Tesa. Ha tardado, pero se ha conseguido resolver un problema muy grave».