TW
0

Debemos reconocer que no fue fácil tomar estas imágenes que demuestran que cuanto decimos es cierto. Y no lo fue porque al principio no dábamos con ellos. Y eso que fuimos un par de veces a la zona, ¡eh! "¿Dónde están los trileros? "preguntamos.
"Ustedes vienen a una hora en que ellos no trabajan "nos dijo la dueña del bar". Si se pasan entre las dos y las cuatro, que es cuando la policía va a comer, o a partir de las ocho de la tarde, los encontrarán.

Y así lo hicimos. Y, efectivamente, allí estaban. Entre dos balnearios "el 5 y el 6" había cuatro collas que actuaban sin grandes problemas. Sobre la acera, frente a cada colla, se había situado uno que, a poco que ve aparecer el coche de la Nacional o a los locales en bici, grita ¡Aguaaa!, y en un santiamén el patatero "así se les llama también" hace desaparecer la caja, y esconde el dinero en el bolsillo "o donde puede", y, sin dar ninguna explicación a los jugadores, desaparece de la escena, en la que reaparece minutos después de que la fuerza pública haya pasado, plantando de nuevo la caja e instando a los incautos turistas a que jueguen. ¿Cómo? Pues haciendo que otros dos de la colla jueguen a modo de gancho. En un pis-pas pica el primero, a quien dejan ganar la partida, lo que le anima a jugar una segunda, que pierde, y una tercera, en que vuelve a perder. Y así sucesivamente. Y como alguno de los jugadores descubra el truco y se ponga flamenco, puede llevarse un par de guantazos del trilero.