El buen tiempo acompañó el desfile de la simbólica antorcha. (FOTOS: J.MOREY/A.SEPULVEDA)

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Una cadena humana enlazó ayer la Plaça d'Espanya con el Passeig Sagrera en un intento de simbolizar la unión de los mallorquines con un objetivo común, defender la lengua propia de Balears.

Organizada por la Obra Cultural Balear, con el apoyo de numerosas entidades ciudadanas, la «Gran Cadena Humana per la Llengua» consiguió congregar a tanta gente como en la primera edición de la Diada per la Llengua, cuando se dieron cita en el Passeig des Born más de 25.000 personas, según indicó la organización. La Policía Local coincidió en que la participación había sido multitudinaria, pero, en su opinión, ésta había sido de 10.000 personas aproximadamente.

El presidente de la Obra Cultural Balear, Antoni Mir, mostró su agradecimiento a quienes han participado en el «Correllengua» desde el pasado domingo y han recorrido más de cincuenta pueblos, convocados por Joves de Mallorca per la Llengua.

También, recordó que esta semana ha tenido lugar en Palma el I Congrés de Llengua i Ensenyament en Mallorca y que las escoles mallorquines han trabajado durante varias jornadas para confeccionar una catifa. «Gracias a escoles mallorquines por la labor que hacéis por la lengua y por Mallorca, y gracias, también, a las personas que hemos unido el centro de Palma», declaró Antoni Mir.

El principal responsable de la Obra Cultural Balear animó a la gente a seguir unidos «por la plena normalidad de la lengua, la nuestra, y una identidad, la de las Illes Balears». Mir dijo que, en ese mismo instante, en Menorca y Eivissa, dentro de la 'Trobada d'Escoles', «defienden lo mismo que nosotros».

En declaraciones a los medios de comunicación, una vez finalizada la «Cadena Humana per la Llengua», Mir explicó que este acto está especialmente dirigido a los que gobiernen a partir del 13 de junio. «Nos gustaría que salga quien salga tenga en cuenta el cumplimiento de la ley, porque si los ciudadanos estamos obligados a cumplir la ley, los gobernantes están para eso y no pueden dejar de adoptar las medidas y proporcionar los medios necesarios para lograr el conocimiento y uso del catalán en Balears».

Preguntado por la ausencia del Govern balear y de diputados del PP en este acto, Antoni Mir contestó que «si algún Govern no ha cumplido el mandato estatutario en lo relativo a la lengua propia, ha sido éste» y añadió que les consta que «muchas personas que votan al PP están aquí defendiendo su lengua».

La «Gran Cadena Humana per la Llengua» terminó en el Passeig Sagrera, con la entonación, por parte de los asistentes, de «La Balanguera», himno de Mallorca.

Casi tres horas antes de la llegada de la «Flama de la Llengua» al Passeig Sagrera, el «Correllengua» entraba en Palma y recorría sus últimos tramos hasta llegar a la Plaça d'Espanya y unirse a la «Gran Cadena Humana per la Llengua».

A la altura de El Corte Inglés de las Avingudes, políticos de las formaciones PSM, PSOE y UM, tomaban el relevo y realizaban una parte del trayecto. Así lo hizo, también, el luchador por la paz Juan Carrero, que efectuó el último tramo del recorrido, hasta llegar a la Plaça d'Espanya, entre las ovaciones del público. Pero, sin duda, uno de los momentos más emotivos fue la entrega de la antorcha a la viuda de Josep Maria Llompart, que la mantuvo en alto durante bastante rato y totalmente emocionada.

A partir de este momento, la «Flama de la Llengua» fue pasando de mano en mano, simbolizando la unión de los ciudadanos en un objetivo común: la defensa de la lengua propia.

Antoni Mir, presidente de la Obra Cultural Balear; el pintor Nils Burwitz; la viuda de Llompart; Pere Polo, presidente del STEI; Joan Carrero, y la directora de la Oficina de Turismo del CIM, Mercè Truyols, portaron la pancarta en la cabecera de la «Gran Cadena Humana per la Llengua», a la que se sumaron también políticos, como Maria Antònia Munar y Ferran Trujillo, de UM; Pere Sampol y Sebastià Serra, del PSM; Eberhard Grosske y Margalida Thomàs, de EU, y Francesc Antich y Antoni Roig, del PSOE.

El recorrido de la cadena humana estuvo animado por dos grupos de Xeremiers, la Banda de Música de Ses Salines y los aplausos de los participantes a cada momento en que se acercaba la antorcha.

Contrapunto
El contrapunto lo puso la Policía Local, que no hizo un seguimiento de la cadena humana, ordenando el tráfico, sobre todo al principio, en la Plaça de la Porta Pintada. Este hecho fue denunciado, asimismo, por el concejal del PSM, Sebastià Serra, quien preguntará al Gobierno municipal qué instrucciones de servicio se había dado a los agentes.