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El Govern balear tiene ya perfilado el plan de atención sociosanitario de las Islas cuya aprobación será uno de los ejes priortitarios de la Conselleria de Sanitat i Consum para la próxima legislatura. La apertura del Hospital General Son Llàtzer "Palma II" y más tarde del Hospital de Inca así como el aumento producido de la demanda de asistencia sanitaria por parte de personas mayores con patología crónicas ha llevado a los responsables sanitarios de Balears a plantear la reordenación de la asistencia sanitaria y a clarificar el papel que cada centro tendrá en el siglo XXI.

Todo hace indicar según señaló ayer el gerente del Servei Balear de Salut (Serbasa), José María Campuzano, que los hospitales General y Joan March se convertirán en centros de media estancia (de enfermería) y no de larga estancia que serán asumidos por Cruz Roja y San Juan de Dios. El personal del Palma II, como estaba previsto, estará formado por los profesionales que en estos momentos trabajan en el General y en el Joan March.

Son Dureta y el Palma II, además de la Fundación Hospital de Manacor, serán los hospitales que abordarán las patologías agudas (intervenciones quirúrgicas). Una vez operado el enfermo, pasado el postoperatorio y estabilizado se le dará el alta o bien si necesitase todavía de una atención ya no especializada (médica) sino de enfermería será trasladado al Joan March si procede de Son Dureta o al Hospital General si el paciente procede del Palma II. Con ello se consigue que los enfermos no estén ocupando plazas en estos hospitales de agudos que son mucho más caras hablando en términos económicos que una cama de media estancia.

Según un estudio realizado por Sanitat, un total de 384 camas de agudos de los hospitales públicos de las Islas "un 14% de los ingresos" están ocupadas por personas mayores de 65 años y con enfermedades crónicas que más que requerir de asistencia médica necesitan de cuidados de enfermería.