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Los emigrantes que el pasado viernes llegaron a la Isla gracias a la Operación Añoranza tuvieron ayer la oportunidad de visitar sus pueblos de origen, en los que permanecerán durante algunos días para reunirse de nuevo con los familiares y amigos que, en algunos casos, no veían desde hace más de 40 años.

Hasta Inca llegaron Joan Perelló Perelló, Antònia Vallori Espases, Monserrat Garriga Santfeliu y Maria Riera Vallori. Los cuatro sentían una profunda emoción de volver a pisar su ciudad natal, y se admiraban del cambio que ha sufrido el municipio. Los tres emigrantes de Sineu, las hermanas Francisca y Maria Monroig Ramis y Biel Munar Pons, tuvieron la oportunidad de pasearse por el mercado que se celebra en la localidad cada miércoles. Biel aún se acordaba de todos los amigos que dejó y que hoy le esperaban. Isabel Barrera Campomar hacía 44 años que no pisaba Campanet, y esperando encontrarse con un pueblo viejo y casi en ruinas, se sorprendió de comprobar el crecimiento de su localidad. Los ayuntamientos de Pollença y Alcúdia también fueron visitados por algunos emigrantes.

La operación añoranza se desplazó además a Felanitx, Montuïri y Son Servera.