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La tradición culinaria cuaresmal y pascual volverá a ser protagonista en las mesas isleñas. Si bien algunas especialidades se mantienen durante todo el año en distintas pastelerías, es ahora cuando revive el interés por elaborarlas artesanalmente.

En Sóller Toni Marroig de Can Panxeta de plaça elabora unos deliciosos rollos, que suelen regalar los padrinos a sus ahijados el Jueves y Viernes Santo. Se elaboran a partir de un kilo de azúcar, 8 huevos, 200 grs. de mantequilla, medio litro de agua y medio de leche, harina de fuerza y 50 grs. de levadura. Se decoran con clara de huevo y azúcar glas.

Los pastissos más populares los conforman el trío de empanadas, robiols y crespells. Las empanadas más típicas son las rellenas de carne de cordero junto a la xuia y algo de sobrasasa, mientras que el Viernes Santo se suelen elaborar con mussola, cebolla tierna, sofrits y un poco de perejil.

Los robiols que gozan de mayor aceptación son los clásicos de brossat y confitura de albaricoque o ciruela. Mejor aún si ésta es de elaboración propia, dulce y espesa, pues al aprisionarse en la masa no suele salir. Los crespells, algunas veces de la misma masa de los robiols se degustan con el desayuno o en la sobremesa, con vino dulce o malvasía.