Patricia Ballesteros besa a la mujer mapuche que la acogió en su casa y celebra su triunfo por no ser expulsada de Chile. Foto: ALVARO HOPPE.

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¿Puede usted creer que esta es la joven a la que el ministro del Interior culpa de la agitación entre la nación mapuche?, dijo con gesto irónico un presentador del telediario Chilevisión, tras ver las imágenes de Patricia Ballesteros llorando de alegría en la Corte Suprema de Chile cuando fue absuelta el lunes.

La opinión de este ciudadano se corresponde con la de otros muchos ciudadanos del país que están verdaderamente impresionados por la capacidad de comprometerse con las causas nobles de la que ha hecho gala la joven menorquina.

El ridículo evidente que ha pasado el gobierno chileno tras la decisión de expulsar a la menorquina y a otros dos cooperantes "el estadounidense Lee Pope y el francés Arnaud Fuentes" por el conflicto con los mapuches en el sur, tuvo a varios altos funcionarios de cabeza en la tarde del lunes en La Moneda, el palacio presidencial, averiguando entre otras cosas quién fue el que inició la acusación de agitadora a esta chica de rostro angelical.

A pesar de que su caso había pasado a segundo plano después del violento ataque del domingo 14 en que 300 indígenas asaltaron una finca privada junto al lago Lleu"Lleu, todos los medios de comunicación del país andino estaban en el neoclásico palacio de la Corte Suprema de Santiago para dar fe del contundente 5 a 0 con que el máximo jurado rechazó la decisión del presidente Frei de expulsarla por haber defendido a la abuela Nicolasa de la policía. Patricia regresa hoy, miércoles, a España, ella no se rinde y dice que quiere volver a Arauco en primavera.

Patricia comenta en unas palabras reproducidas hoy por Última Hora que espera que en Menorca no la consideren una heroína. Espera que piensen que ellos harían lo mismo, y que apoyen al pueblo mapuche y a todos los pueblos indígenas del mundo. No sólo de América Latina o de América en general.