La residencia de estudiantes de la UIB cuenta con 97 habitaciones destinadas a alumnos y 4 para profesores.

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La UIB ha declarado desierto el concurso para la concesión de la gestión de la Residència d'Estudiants Bartomeu Rosselló Pòrcel al estar en desacuerdo con la propuesta presentada por la única empresa licitadora, la cual venía gestionando el establecimiento desde que comenzó a funcionar en 1993.

La Universitat no estaba conforme con la oferta económica presentada por la empresa, ya que incrementaba los precios de forma considerable, de modo que el régimen de pensión completa que, en la actualidad, tiene un precio de 84.875 pesetas mensuales, pasaba a costar 91.500 pesetas.

La institución académica había modificado el pliego de condiciones e incluía, entre otras, la consideración del código medioambiental aprobado por la Universitat, de tal forma que se contemplasen medidas medioambientales en la propuesta, que la empresa licitadora no tenía en cuenta.

Ante esta situación, la Universitat baraja distintas alternativas para que la residencia estudiantil pueda seguir funcionando a precios competitivos.

Según ha manifestado a este periódico la vicerrectora de Alumnos y Campus de la UIB, Joana Maria Petrus, la residencia debería ofrecer precios subvencionados que permitan dar cabida a una parte de aquellos alumnos que tienen una renta familiar más baja y que no pueden recurrir a la oferta de alojamientos que existe en Palma.

Joana Maria Petrus señala que entre las alternativas que se analizan se halla la convocatoria de un nuevo concurso público, la solicitud de subvenciones a instituciones como los consells insulars o el Govern, o la asunción de la gestión por parte de la UIB, pero no descarta el cierre durante un año para reflexionar sobre su futuro.