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Bernardo Pascual está quitando el óxido a la caja de un molino. La está lijando para que no se vuelva a oxidar. Después le dará grasa y la pintará. Todo el proceso se llevará a cabo en quince días. Éste es uno de los trabajos que realizan los quince jóvenes del Taller de Restauración de Molinos, sito en el aeródromo de Son Bonet.

Pere Sampol, vicepresidente del Consell de Mallorca, y Catalina Bover, consellera delegada de Foment i Ocupació del CIM, visitaron ayer el taller, hablaron con los alumnos y ofrecieron datos totales sobre la recuperación de molinos de agua y harineros realizada por este grupo de jóvenes.

«Cincuenta molinos se han recuperado en este taller. En total, desde 1995 se han recuperado más de setenta», afirma Sampol. Los particulares son los primeros que deben iniciar todo el proceso. «Los propietarios de los molinos deben acudir al Llar de la Joventut. Después, me pongo en contacto con ellos para informarles. En total, el coste medio de la restauración de un molino puede alcanzar el millón de pesetas, cantidad que será subvencionada casi en un 60 por ciento por el Consell. De esta forma, el propietario debe hacerse cargo de unas 400.000 pesetas», afirma Toni Vall, coordinador del taller.