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Algunos nervios en los más primerizos en el arte de bailar en público; maquillaje para ellas y los dos únicos bailarines, y ejercicios de calentamiento en los pasillos del primer piso del Auditòrium. Es el primer y último ensayo general del Ballet de Cambra del Conservatori Professional de Música i Dansa de les Illes Balears, que pondrá en escena tres piezas en sus actuaciones de esta noche y mañana.

Son el complemento perfecto dentro de la celebración de los actos de la Diada de Balears. Veinte jóvenes, con edades comprendidas entre los 16 y los 38 años, han creado un grupo de danza casi exclusivo para estas dos noches. Son bailarines del Conservatori y pertenecientes a academias privadas. Todos trabajan bajo la dirección artística de Mar López, que ayer por la tarde ultimaba los detalles en el camerino del Auditòrium.

«Empezamos la actuación con un ballet en el que intervienen tres bailarinas. Se titula 'Tríptic', obra dividida en tres movimientos. He utilizado una coreografía contemporánea para esta Sonata para Contrabajo y Piano, en la que intervienen Rumiko Harada y Francisco Aguiló», afirma Mar López.

Continúa el calentamiento. Faltan apenas quince minutos para comenzar el ensayo. Alguien pide un cepillo, las jóvenes se terminan de engominar el pelo. En ese momento entra por la puerta Francisco Aguiló con su contrabajo, el primero que sube al escenario, junto a Rumiko Harada.

Silvia Llabrés comparte camerino con otras bailarinas. Nunca ha bailado en un acontecimiento de estas características. «No estoy muy nerviosa. He actuado en el Teatre Principal en algún acto de fin de curso. Este año termino sexto de ballet. Dentro de lo que se hace en la Isla para promocionar el ballet, esta actuación está bien. Si pudiera, llegaría a ser bailarina. Si no, también puedo dar clases en un futuro», afirma.