La agricultura mallorquina es la gran perjudicada del intenso frío
que, aunque con leve mejoría, sigue azotando Mallorca. No es
extraño, por tanto, que todo el sector mantenga su atención puesta
en la metereología ya que de lo que suceda en estos días depende la
cosecha venidera.
La delegación en las Islas del Instituto Metereológico vaticina
que el frío ira desapareciendo progresivamente de Mallorca y que la
aparición de nieve en la Isla se ira reduciendo a las cotas más
altas.
Aun así los agricultores muestran su preocupación ante la
posibilidad, no descartada, de que proliferen heladas mucho más
perjudiciales para su producción que la nieve en sí, ya que este
fenómeno quema las raíces de las plantas.
En sa Pobla, por ejemplo, la patata temprana es la que más ha
sufrido, ya que con el color negro que han cogido los primeros
frutos, ya se ha podido comprobar que el viento frío ha quemado
parte de la cosecha.
Todavía es pronto, aseguran, para evaluar daños aunque se estima
que las bajas temperaturas han afectado entre el 10 y el 20 por
ciento de la cosecha de patata temprana.
Los payeses de la zona también indicaron que «el frío no ha
acabado y por lo tanto es necesario mantenerse alerta. Quedan
varios días de vigilia nocturna para controlar las heladas que
podrían hacer perder toda la cosecha de patatas».
Otro de los fenómenos que se sigue temiendo en el campo
mallorquín es el que se conoce como «helada negra», una helada seca
que no se puede apreciar a simple vista pero que quema la planta
hasta destruirla.
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