Una enorme cantidad de personas y bicibletas se concentró en los altrededores de Cort antes de la salida. Foto: JOAN TORRES.

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A las doce en punto de ayer el batle Joan Fageda dio la salida de la Diada Ciclista que el Ajuntament había organizado, en colaboración con La Caixa, con motivo de Sant Sebastià. Cerca de 13.000 ciclistas, algunos con bicicletas originales "como aquél que llevaba una con radiocasette, o aquella otra un tanto alargada, cuyo dueño había fabricado artesanalmente", se dieron cita entre Cort y Santa Eulàlia. De la clase política, al menos que se viera, participó el candidato a la alcaldía por UM, Ferran Trujillo. Ya digo, al menos que se viera, porque no participantes sí que vimos: al alcalde, al regidor Gaspar Oliver, al candidato a la alcaldía por el PSOE, Toni Roig; a su sombra Ramón Torres, al "dicen" candidato a la alcaldía de Binissalem por el PP, Santiago Coll, y algunos más, por lo que me temo que a partir de ahora, en actos oficiales sobre todo, el alcalde no va a estar nunca solo en la foto: ya verán cómo alguien se meterá en ella, porque ¡anda que no se va a poner de moda lo de chupar cámara! La carrera, que no fue competitiva sino participativa, cumplió con el objetivo: llegar hasta el Palau d'Esports a pesar del Pla Mirall, pues, la verdad sea dicha, algunas de las calles del casco antiguo palmesano por las que circularon los ciclistas, además de ser estrechas, estaban en obras, lo que creó problemas a más de uno, aunque en ningún momento esto hizo que la sangre llegara al río, entre otras cosas gracias a la pericia de los ciclistas y a que la organización había tomado medidas instalando ambulancias a lo largo del recorrido.