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El titular del Juzgado de lo Penal número dos de Palma, Javier Mulet, estimó las peticiones formuladas por los abogados de Gilet y Vellibre, Antoni Monserrat y Javier Clastres, respectivamente, y del fiscal, que defendían la tesis de la prescripción. «Este juicio debe terminar hoy y aquí mismo», dijo Clastres el pasado lunes. El juez no anuló la vista oral ese mismo día, pero lo hizo ayer, con un auto demoledor para los instigadores del «caso Calvià»: «Repugna a la ciudadanía la forma, torticera e incluso chapucera, con la que se intentó el cambio gubernamental en el Ayuntamiento de Calviá, por cuanto supone de cercenación y desconfianza hacia los principios democráticos y fraude del sistema electoral», señala el juez.

La decisión del juez, que es recurrible ante la Audiencia Provincial de Palma, estima de forma íntegra todas las alegaciones presentadas por las defensas y el fiscal, al rechazar «expresamente», según el auto, «la calificación de los hechos por el delito sancionado en el artículo 386 del Código Penal derogado».

Gilet y Vellibre, para quienes las acusaciones solicitaban cuatro meses de arresto menor y una multa de cien millones de pesetas, habían sido encausados en la segunda parte del «caso Calviá» tras reabrirse la causa, en 1996, que tenía sentencia en firme dictada por la Audiencia de Palma en 1993 y ratificada por el Tribunal Supremo un año más tarde. Las acusaciones -PSIB-PSOE, Ayuntamiento de Calviá y José Miguel Campos, el concejal que fue objeto de un intento de soborno para que votara a favor del PP en una moción de censura a la alcaldesa socialista Margarita Nájera en 1992- habían variado la calificación jurídica del supuesto delito de cohecho propio por el impropio (para cometer un acto injusto).

El objetivo era eludir el plazo de prescripción, pero el juez rebatió ese argumento al señalar que «los hechos ahora enjuiciados no son jurídicamente distintos a los que fueron objeto de sanción en la Audiencia».

Asimismo, señaló que «los hechos deben ser calificados como ya lo fueron en la anterior versión del llamado caso Calviá».
José Diéguez, abogado del concejal José Miguel Campos, dijo que la posibilidad de presentar un recurso «dependerá de mi cliente». «Si recurrimos vamos a ganar, porque hoy ha ocurrido un hecho histórico en España al cambiar la calificación de un delito en un escrito de acusación en la fase de cuestiones previas, sin esperar al desarrollo del juicio oral», precisó.