Un militante de Hamás en Gaza. Fotografía de archivo. | Reuters

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La operación Diluvio de Al Aqsa ha traído a colación el nombre de Hamás, para algunos terroristas despiadados e incluso «animales», y para otros militantes defensores de su tierra, su cultura y su religión en un contexto de ocupación bélica. La historia de Hamás arranca a finales de 1987, al comienzo de la primera Intifada palestina. Sus raíces están en la rama palestina de los Hermanos Musulmanes y cuenta con el apoyo de una sólida estructura sociopolítica dentro de los territorios palestinos.

Los estatutos del grupo exigen el establecimiento de un Estado palestino islámico en lugar de Israel y rechaza todos los acuerdos celebrados entre la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) e Israel. La fuerza de Hamás se concentra en la Franja de Gaza y determinadas zonas de Cisjordania. Tiene un brazo político y una ala militar conocida como Brigadas Izz al-Din al-Qassam, o más brevemente Brigadas de Al Qassam, que durante los años han llevado a cabo multitud de ataques antiisraelíes tanto en Israel como en los territorios palestinos desde la década de 1990. Ello comprende bombardeos a gran escala contra objetivos civiles israelíes, ataques con armas pequeñas, explosivos improvisados ​​al borde de las carreteras y ataques con cohetes.

A principios de 2006, el grupo ganó las elecciones legislativas en los territorios palestinos, poniendo fin al control del partido secular Fatah sobre la Autoridad Palestina y desafiando el liderazgo de Fatah en el movimiento de liberación palestino. Asimismo, Hamás continúa negándose a reconocer al Estado de Israel o renunciar a la resistencia violenta, por lo que el gobierno de Estados Unidos lo designa como «organización terrorista extranjera».

En junio de 2008, una tregua temporal con Israel redujo significativamente los ataques con cohetes. Tras reactivarse, el ejército israelí respondió con una importante operación militar a finales de diciembre de 2008 en la Franja de Gaza, que culminó con un alto el fuego unilateral por parte de Israel el 18 de enero de 2009.

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En abril de 2011, Hamás y Fatah acordaron formar un gobierno interino y celebrar elecciones. Hamás abandonó su antigua sede política en Damasco en febrero de 2012 y se dispersó por toda la región mientras la represión del presidente sirio Bashar al-Asad contra la oposición en el país de Oriente Medio hizo que la permanencia en Siria fuera insostenible para el grupo palestino. En mayo de 2012, Hamás afirmó haber establecido una fuerza de 300 efectivos para impedir que otros grupos de resistencia palestinos dispararan cohetes contra Israel.

Sin embargo, el conflicto estalló nuevamente en noviembre de ese mismo año. Si bien Hamás había trabajado para mantener el alto el fuego mediado por Egipto que puso fin al conflicto de una semana, otros grupos militantes palestinos ignoraron el alto el fuego con ataques esporádicos con cohetes a lo largo de 2013 y 2014. En abril de 2014, Fatah y Hamás acordaron formar un gobierno de unidad tecnocrático, que fue encabezado por el primer ministro de la Autoridad Palestina, Rami Hamdallah, y celebrar elecciones legislativas en un plazo de seis meses.

En julio de 2014, la calma tensa entre Hamás e Israel se rompió por completo después de que tres adolescentes israelíes fueran secuestrados y asesinados en Cisjordania durante el mes de junio, unas muertes que el Estado sionista atribuye a Hamás. Un palestino fue asesinado por colonos israelíes en represalia por estos hechos.

En los últimos años el ala militar de Hamás ha intensificado sus ataques con cohetes contra objetivos civiles y militares de Israel, algo que ha motivado distintas operaciones militares israelíes. Este pasado verano de 2023 se produjo una de las operaciones más intensas por parte de las fuerzas israelíes. En este caso tuvo lugar en la ciudad ocupada de Yenín, en Cisjordania, y se saldó al menos con una decena de palestinos muertos. Las fuerzas de seguridad de Israel justificaron dicha acción en el marco de la lucha antiterrorista, para destruir sobre el terreno centros de fabricación de armas y explosivos, que posteriormente serían usados por los milicianos de Hamás en el transcurso de su lucha armada.

Al albor de la calificación estadounidense, la Unión Europea considera también la organización palestina Hamás como un grupo terrorista. Tras el inicio de la operación a gran escala 'Diluvio de Al Aqsa', la presidenta de la Comisión Ursula von der Leyen aseguró que la acción contra Israel «es terrorismo en su forma más despreciable». En el mismo sentido el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, quiso subrayar su solidaridad con todas las victimas y condenó los ataques indiscriminados que detalló, han infligido terror y violencia contra ciudadanos inocentes.