El Papa Francisco en una imagen de archivo. | | Vatican Media Handout

TW
3

El Papa Francisco ha defendido en un discurso ante jóvenes universitarios, en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que las mujeres son «indispensables» pero ha lamentado que en el «inconsciente colectivo» muchas veces está «pensar que las mujeres son de segunda».

«La contribución femenina es indispensable. En el inconsciente colectivo, ¿cuántas veces está pensar que las mujeres son de segunda? Son suplentes, no juegan de titulares, y eso existe en el inconsciente colectivo», ha advertido el Pontífice, en su segundo discurso del viaje, pronunciado íntegramente en español, en un encuentro con jóvenes universitarios en la Universidad Católica Portuguesa, en Lisboa.

Tras escuchar el testimonio de cuatro jóvenes y ante la presencia de 2.000 personas y 6.500 en los alrededores, el Papa ha recordado que en la Biblia se ve «cómo la economía de la familia está en buena parte en manos de la mujer» que con su «sabiduría» es la que «regenta la casa, que no tiene como objetivo exclusivamente el beneficio, sino el cuidado, la convivencia, el bienestar físico y espiritual de todos».

Por otra parte, el Pontífice ha invitado a los universitarios a «buscar y arriesgar», a ser protagonistas de una «coreografía» que coloque en el centro a la persona, y les ha dicho que no es malo sentirse «insatisfechos» porque este es «un buen antídoto contra la presunción de autosuficiencia y el narcisismo».

«En este momento histórico los desafíos son enormes, los quejidos dolorosos, estamos viendo una tercera guerra mundial a pedacitos, pero abracemos el riesgo de pensar que no estamos en una agonía sino en un parto, al comienzo de gran espectáculo, hace falta coraje para pensar esto», ha remarcado el Pontífice.

Además, Francisco ha avisado a los estudiantes de que el título universitario «no puede ser visto sólo como una licencia para construir el bienestar personal» sino como «un mandato para dedicarse a una sociedad más justa, una sociedad más inclusiva, más desarrollada».

Les ha llamado a ser «maestros de humanidad» y maestros de la defensa del planeta. «Este anciano sueña que vuestra generación sea una generación de maestros. Maestros en humanidad, maestros en compasión, maestros en nuevas oportunidades para el planeta y sus habitantes, maestros de esperanza y maestros que defiendan la vida del planeta amenazada en este momento por una grave destrucción ecológica», ha subrayado.

A su juicio, hay que «reconocer la urgencia dramática» de cuidar «la casa común» pero ha señalado que no hay que conformarse con «medidas paliativas o con compromisos tímidos y ambiguos». «En este caso, los términos medios son sólo una pequeña demora en el derrumbe. No olviden esto», ha enfatizado el Pontífice.

Se trata más bien, según ha añadido, «de hacerse cargo de lo que lamentablemente sigue siendo postergado, es decir, la necesidad de redefinir lo que se llama progreso y evolución porque en nombre del progreso se ha abierto el camino a una gran regresión». «Ustedes son la generación que puede vencer este desafío y tienen todos los instrumentos científicos y tecnológicos más avanzados, pero por favor no caigan en la trampa de visiones parciales», ha recomendado.

Así, Bergoglio ha instado a «escuchar el sufrimiento del planeta junto al de los pobres»; a «poner el drama de la desertificación en paralelo al de los refugiados, el tema de las migraciones, junto al del descenso de la natalidad» y a «no crear polarizaciones, sino visiones de conjunto».

También ha exhortado a los jóvenes a no caer en «laberintos» y a «desconfiar de las fórmulas prefabricadas, de las respuestas que parecen al alcance mano, de esas sacadas de la manga como cartas de juego trucadas». «La desconfianza es un arma para caminar adelante y no seguir dando vueltas», ha subrayado.

Al mismo tiempo, les ha pedido que no sustituyan el camino por «espejismos», los «rostros por pantallas, lo real por lo virtual», y que no elijan las «respuestas fáciles, que anestesian» en lugar de las preguntas que «desgarran». La universidad, tal y como ha precisado el Pontífice, destacando unas palabras de la rectora, «no existe para preservarse como institución, sino para responder con valentía a los desafíos del presente y del futuro».

«Tengan la valentía de sustituir los miedos por lo sueños, no sean administradores de miedos sino emprendedores de sueños», ha invitado Francisco.
Además, ha avisado de que los estudios universitarios «siguen siendo hoy en Portugal y en el mundo, un privilegio». «Sería un desperdicio pensar en una universidad comprometida en formar solo para perpetuar el actual sistema elitista y desigual del mundo en que la instrucción superior es un privilegio para unos pocos», ha aseverado.