Theoneste Bagosora. | Ho New

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El antiguo coronel del Ejército ruandés Théoneste Bagosora, considerado el 'cerebro' del genocidio en 1994 en el país africano, murió el sábado en una cárcel de Malí en la que cumplía una condena a 35 años de cárcel dictada por el Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR).

Fuentes de la familia de Bagosora han indicado que el hombre de 80 años, ha fallecido a causa de una enfermedad no especificada en una cárcel de Malí, donde se encontraba encarcelado desde 2012, tal y como ha recogido el diario ruandés 'The New Times'.

Así, Achille, hijo de Bagosora, ha señalado en declaraciones a la cadena de televisión británica BBC que su padre estaba recibiendo tratamiento médico por problemas de corazón.

Bagosora fue arrestado en 1996 en Camerún después de huir de Ruanda ante la victoria del Frente Patriótico Ruandés (FPR) del actual presidente, Paul Kagame, en la guerra desencadenada a raíz del genocidio.

El TPIR le declaró culpable de crímenes contra la humanidad y de orquestar el asesinato de figuras políticas en el país, incluida la primera ministra, Agathe Uwilingiyimana, y le sentenció a cadena perpetua, condena posteriormente reducida a 35 años de cárcel.

Bagosora, que rechazó los cargos y denunció una campaña del FPR contra él, estaba acusado de dirigir a las tropas y a las milicias hutus Interahamwe que perpetraron las matanzas desde su cargo como ministro de Defensa, que le dio el control sobre el Ejército y el régime genocida hutu.

Alrededor de 800.000 ruandeses, la inmensa mayoría de ellos tutsis y hutus moderados, fueron asesinados por extremistas hutu durante cerca de tres meses en 1994. A día de hoy todavía se están descubriendo fosas comunes, especialmente desde que los condenados que han cumplido sus penas han aportado información sobre el lugar en el que enterraron o abandonaron a sus víctimas.

El Colectivo de Partidos Civiles por Ruanda (CPCR) ha pedido, tras conocerse la noticia del fallecimiento de Bagosora, «el autor intelectual» del genocidia, que no sea enterrado en Francia, donde ya están los restos de Jean-Bosco Bayaragwiza y Simon Bikindi. «Francia, que ya es tierra de asilo para muchas personas sospechosas de haber participado en el genocidio tutsi, no debe convertirse en un 'lugar de peregrinaje' para los nostálgicos del régimen genocida de Juvenal Habyarimana», han reclamado en un comunicado.

Por esto, han pedido a las autoridades francesas a que se nieguen a enterrar a Bagosora si así se les solicita, al residir varios familiares en el país.