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La Comisión Europea (CE) inició este lunes una consulta para recabar información sobre el uso de las monedas de uno y dos céntimos de euro, en el marco de una evaluación sobre su impacto para decidir si propone suprimir su uso y para armonizar el redondeo en la eurozona.

La consulta, que se prolongará durante 15 semanas, tiene como objetivo involucrar a una amplia gama de partes interesadas, entre las que se encuentran instituciones, autoridades nacionales relevantes, consumidores y sociedad civil, indicó la CE en un comunicado.

Sobre la base de esta evaluación, tal como anunció el pasado mes de enero en su programa de trabajo para el ejercicio de 2020, a finales del próximo año 2021 se decidirá si se justifica la creación de una propuesta legislativa sobre la introducción de reglas uniformes para el redondeo de los pagos en efectivo en la eurozona y la retirada de las monedas de 1 y 2 céntimos de euro.
A través de esta evaluación, que actualizará el informe realizado en 2018 sobre este asunto, la Comisión estudiará el impacto económico, ambiental y social que puede conllevar homogeneizar el redondeo y cualquier propuesta futura deberá estar basada en el resultado de la citada evaluación, con lo que no se podrá llevar a cabo hasta que este proceso se haya finalizado.
En una evaluación preliminar del impacto, la CE señala que, en cuanto a los consumidores se refiere, no se espera que el redondeo afecte de forma significativa a la estabilidad de los precios.
En esta línea, la Comisión se basa en que la experiencia de los Estados miembros que ya han introducido reglas de redondeo -Bélgica, Finlandia, Irlanda, Italia y Países Bajos- confirma que no ha tenido un impacto en la inflación de precios al consumidor.
Por su parte, la CE espera implicaciones fiscales positivas, debido a que la emisión de estas monedas es una actividad deficitaria para un considerable número de Estados en la zona euro, puesto que su producción y costes de emisión superan su valor nominal.
Para evaluar el impacto social, que se espera que sea diferente en distintas partes del territorio de la Unión Europea (UE), se recurrirá a los resultados de la consulta pública y a una encuesta del Eurobarómetro.

Donde sí se espera un gran impacto positivo es el ámbito medioambiental, por la reducción del uso de acero y cobre que se utiliza en su fabricación y del uso de agua y otros productos químicos para su producción, junto con otros materiales necesarios para su transporte (envases de papel y plástico).
Esta evaluación es obligatoria, según la legislación de la UE, que obliga a examinar a las instituciones competentes de forma periódica el uso de monedas y billetes en función de los criterios de coste y de aceptabilidad del público.