Boris Johnson y Douglas Ross. | POOL New

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El secretario de Estado para Escocia, Douglas Ross, ha anunciado este martes su dimisión por su desacuerdo con el modo en el que el Gobierno ha respondido al incumplimiento del confinamiento por parte de Dominic Cummings, principal asesor del primer ministro, Boris Johnson.

En su comunicado, Ross ha explicado que no conoce en persona a Cummings y que acepta las explicaciones que este ofreció el lunes sobre por qué decidió viajar fuera de Londres pese al confinamiento, defendiendo que consideraba que «era lo mejor para su familia».

Sin embargo, ha lamentado el también diputado conservador, muchas otras personas «sienten que esta decisión no estaba disponible para ellos». «Tengo constituyentes que no se despidieron de seres queridos, familias que no pudieron llorar juntas, personas que no visitaron a parientes enfermos porque siguieron las directrices dadas por el Gobierno», ha subrayado. «No puedo decirles de buena fe que todos ellos se equivocaban y que un asesor del Gobierno estaba en lo cierto», ha sostenido Ross, que con su salida ha confirmado el malestar en el seno del gabinete que encabeza Johnson, del que han venido informando los medios británicos.

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El 'premier' ha limitado su reacción a un breve comunicado de Downing Street en el que agradece a Ross su servicio y «lamenta la decisión», sin entrar en más detalles sobre el fondo de la polémica, según la radiotelevisión pública BBC.

El Partido Laborista, en cambio, cree que el exsecretario de Estado saliente ha hecho lo correcto. «Entiende que no es aceptable que haya unas reglas para el principal asesor de Boris Johnson y otras para los demás», ha afirmado el responsable para Escocia de la formación opositora, Ian Murray.

Pese a la presión para que cese a Cummings, Johnson no ha cedido y le ha mantenido en el puesto. El asesor también se ha negado a renunciar pese a haber reconocido que hizo un viaje personal de 400 kilómetros cuando estaba obligado a guardar 14 días de cuarentena. «No lamento lo que hice», aseguró, defendiendo que «las normas inevitablemente no cubren todas las circunstancias y está claro que yo estaba en una situación excepcional». Cummings llevó a su hijo de 4 años a la casa de unos familiares en Durham, a 400 kilómetros de Londres, cuando su mujer estaba diagnosticada con coronavirus y él tenía síntomas, por lo que según la normativa tenía que cumplir confinamiento. La mujer acompañó a Cummings en ese viaje.

El asesor de Johnson recordó que hay excepciones contempladas para situaciones con niños pequeños, por lo que su actuación se ajusta «razonablemente a la legalidad». El único punto en el que reconoció que podría haber actuado de forma diferente es en el de no haber tratado la cuestión con Johnson. «No consulté con el primer ministro esta decisión», admitió.