Los expertos trabajan contrarreloj para encontrar una vacuna contra el coronavirus. | JUANJO MARTIN

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Las compañías farmacéuticas Sanofi y GSK han firmado de una carta de intenciones para desarrollar juntas una vacuna contra la COVID-19 que lanzarán en ensayos clínicos en el segundo semestre de 2020 y que, si funciona, entraría en el mercado un año después.

En un comunicado conjunto, las empresas han indicado que su intención es combinar conocimientos y tecnología para buscar un remedio a la pandemia actual.

La francesa Sanofi aportará su antígeno de la proteína S del coronavirus, obtenido mediante una tecnología que permite lograr una réplica genética exacta de las proteínas que se encuentran en la superficie del virus. La secuencia de ADN que codifica este antígeno se combina con la del baculovirus, la base de una vacuna de Sanofi contra la gripe aprobada en Estados Unidos.

Por su parte, la británica GSK pondrá su tecnología de producción de vacunas adyuvantes para uso pandémico, un recurso que puede reducir la cantidad de proteínas necesarias por dosis, lo que permitiría una producción de un mayor número de dosis.

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El adyuvante se añade en ciertas vacunas para reforzar la respuesta inmunitaria, lo que crea una inmunidad más fuerte y duradera contra las infecciones que las vacunas sin adyuvantes y aumenta las posibilidades de una vacuna eficaz fabricada a gran escala, según GSK.

El lanzamiento de los ensayos clínicos está previsto para el segundo semestre de 2020 y, en caso de que funcione y de que cumplan con las exigencias reglamentarias, las vacunas empezarían a ser distribuidas en el segundo semestre de 2021.

Ambas compañías han puesto en marcha un grupo de trabajo copresidido por el responsable global de vacunas de Sanofi, David Loew, y el presidente de vacunas de GSK, Roger Connor.

«Este grupo de trabajo se dedicará a movilizar los recursos de las dos empresas para estudiar todas las oportunidades que permitan acelerar el desarrollo de la posible vacuna», señala la nota, donde las dos firmas señalan como prioridad que la vacuna tenga un precio «asequible» para un acceso global.

GSK y Sanofi han firmado además un acuerdo de transferencia de materiales para «empezar a trabajar juntas «inmediatamente», y han explicado que las modalidades definitivas de la colaboración se clarificarán en las próximas semanas.