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Una comisaría de París permaneció varias horas cerrada este lunes con decenas de personas en su interior después de que un turista chino que acudió a la misma mostrara signos de sufrir el coronavirus, mientras que los viajeros de un autobús permanecen retenidos en el vehículo en Lyon por los mismos motivos.

En el autobús, procedente de Milán, viajaba un pasajero de nacionalidad italiana que tenía los síntomas del COVID-19, por lo que fue trasladado a un hospital de la ciudad para someterle a exámenes complementarios.

El resto de viajeros permanece en el autobús a la espera de que se conozca el resultado de los exámenes.

Algunos alcaldes del sureste de Francia, fronterizo con Italia, han pedido el refuerzo de los controles en la frontera con el país, donde el número de contagios supera los 200 y se han registrado cinco víctimas mortales.

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Los contactos entre Lyon y diversas ciudades italianas son constantes y el próximo miércoles está prevista la llegada a la capital de cientos de aficionados de la Juventus de Turín que juega la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones contra el equipo local.

En la capital, la alarma saltó en una comisaría del distrito 13, en el sureste de la ciudad, cuando un turista chino que había acudido a presentar una denuncia se sintió mal y presentó síntomas del coronavirus, indicaron a Efe fuentes policiales.
Ante ello, las autoridades optaron «por precaución» por cerrar la comisaría y confinar al personal policial y al público que se encontraba en su interior.

Los servicios sanitarios se trasladaron al lugar, en la parisiense plaza de Italia, y determinaron que el turista no estaba contagiado con la COVID-19, por lo que levantaron las medidas de cierre y confinamiento.

El turista había acudido junto a otros dos compatriotas para denunciar el robo sufrido en su hotel.