Vídeo compartido por la marina de Estados Unidos en el que se ve la maniobra. | U.S. Navy

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El Pentágono ha denunciado que un buque de la marina de guerra de Rusia realizó este viernes una «maniobra peligrosa» que a punto estuvo de provocar una colisión con un destructor de la Armada de Estados Unidos, una acusación que ha sido rechazada desde Moscú.

Un destructor ruso de la clase Udaloy I DD 572 realizó una maniobra que le situó a menos de 30 metros del destructor USS Chancellorsville, según un comunicado divulgado este viernes por la 7ª Flota estadounidense, que es la que opera en aguas del océano Pacífico.

«Esta acción arriesgada forzó al USS Chancellorsvile a poner sus motores a plena potencia y a maniobrar para evitar una colisión. Consideramos las acciones rusas durante este incidente como peligrosas y no profesionales», añade la nota.

Este incidente se produce en un momento de creciente tensión entre Washington y Moscú, que ha tenido su reflejo en una serie de roces entre las Fuerzas Armadas de ambos países en los últimos meses.

El pasado mes de mayo, por ejemplo, el Pentágono interceptó varias aeronaves militares rusas que cuando sobrevolaban la costa de Alaska, habiendo ya sobrepasado la zona de identificación para la defensa aérea (ADIZ, en inglés).

La agencia rusa RIA-Novosti, no obstante, dio una versión diferente de lo ocurrido este viernes y afirmó que cuando ambos buques navegaban en cursos paralelos, el USS Chancellorsville «repentinamente cambió de dirección» y se situó a 50 metros del destructor Admiral Vinogradov.

Además, mientras que la versión estadounidense ubicó el incidente en el Mar de las Filipinas, el informe ruso señaló que ocurrió en el mar de China Meridional.

Desde el año pasado, el Pentágono ha estado incrementando sus operaciones en esta región ante las aspiraciones soberanistas de China, país que a su vez ha aumentado su presencia militar en aguas del mar de China Meridional.

Pekín, que se ha posicionado como uno de los grandes aliados del Kremlin, reivindica su soberanía sobre la mayor parte del mar de China Meridional, donde Brunei, China, Filipinas, Malasia, Taiwán y Vietnam reclaman total o parcialmente las Spratly, un archipiélago de unos 100 arrecifes e islotes, la mayoría despoblados pero ricos en gas, petróleo y caladeros de pesca.