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La policía del aeropuerto holandés de Schiphol ha detenido a un copiloto que se disponía a operar un vuelo después de haber bebido alcohol, según informa hoy la prensa holandesa, que precisa además que deberá hacer frente a una prohibición de vuelo durante un periodo y pagar una multa de 6.000 euros.

La policía neerlandesa sometió al copiloto a un control de alcoholemia, en el que dio una tasa de 0,375 g/l, tras haber sido alertados de que había estado bebiendo en la mañana del domingo, según publica hoy la web Dutchnews.

Uno de los agentes dijo al canal local «AT5» que esta tasa indica que bebió una cantidad «considerable» y recordó que los miembros de la tripulación de un avión no pueden tomar alcohol en las diez horas previas al vuelo.

El copiloto trabaja para una compañía no holandesa y tampoco es nacional de este país, según indica la cadena NOS.