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El Banco Central Europeo (BCE) comienza este lunes a comprar deuda pública de la zona del euro en el mercado secundario, programa cuyo mero anuncio ya ha llevado al euro por debajo de 1,10 dólares y ahora podría depreciarlo más.

De este modo será más fácil para empresas exportadoras europeas vender en América y en Asia.

El presidente del BCE, Mario Draghi, recordó el jueves que el volumen de compra de deuda pública y privada asciende a 60.000 millones de euros mensuales hasta, como mínimo, finales de septiembre de 2016, pero que puede prolongarse si la inflación no sube hasta casi el 2 %.

De ellos 40.000 millones de euros corresponderán a bonos soberanos, 4.000 millones de euros a bonos de agencias públicas, 6.000 millones de euros a bonos emitidos por instituciones europeas y 10.000 millones de euros a bonos garantizados -conocidos en España como cédulas- y a bonos de titulización, según cálculos de Commerzbank.

El BCE podrá comprar deuda emitida por instituciones como el Banco de Desarrollo Europeo, la Comunidad Europea de Energía Atómica, el Fondo Europeo para la Estabilidad Financiera, el Mecanismo de Estabilidad Europeo (MEDE), el Banco Europeo de Inversiones y la Unión Europea.

Además el BCE comprará deuda del Instituto de Crédito Oficial (ICO) y de otras agencias como la francesa Caisse d'amortissement de la dette sociale (CADES) y el banco alemán Kreditanstalt fuer Wiederaufbau (KfW).

«Es verdad que los bonos soberanos, en particular de países del centro (de Europa), van a volverse escasos pronto porque los bancos nacionales y las aseguradoras, así como los bancos centrales extranjeros, tienen poco incentivo para vender sus tenencias al BCE», considera el economista jefe de Commerzbank, Jörg Krämer.

El BCE comprará bonos soberanos con un vencimiento de entre 2 y 30 años con grado de inversión.

Draghi dijo en Nicosia que el BCE comprará la mitad de los bonos públicos de la zona del euro fuera del área.

Además el BCE comprará bonos con una rentabilidad negativa máxima del -0,20 %, porcentaje al que se sitúa actualmente su tasa de interés de depósito.

Los efectos de escasez inducidos por la compra de bonos del BCE y la caza por rentabilidad debería llevar las rentabilidades de la periferia y los diferenciales a nuevos mínimos post-crisis, pero la rentabilidad del Bund (bono alemán a 10 ó 30 años) debería presentar inicialmente movimientos laterales, según Krämer.

Añade que la depreciación del euro contribuirá a impulsar el crecimiento del producto interior bruto (PIB) de Alemania en 2015, principalmente por la depreciación del euro.

Commerzbank y el Instituto de Investigación Económica alemán (Ifo) coinciden en que el canal de transmisión a través del que las compras de deuda contribuirán a impulsar el crecimiento será sólo la depreciación del euro.

Sin embargo, el banco italiano UniCredit señala que «el impacto económico se producirá por la vía de tasas de interés de préstamo más bajas y un mayor acceso del crédito al sector privado», de este modo ya funciona el mecanismo de transmisión de la política monetaria en los dos países periféricos más grandes, Italia y España.

«Creemos que existe una probabilidad no desdeñable de que el BCE se vea forzado a ampliar el programa de compra de bonos», añade Krämer, que ha revisado al alza sus pronósticos de crecimiento para Alemania 3 décimas hasta el 1,8 %.

Sin embargo, UniCredit dice que las previsiones económicas del BCE conciben una vuelta a la estabilidad de precios en 2017, por lo que el escenario más probable es que el programa de expansión cuantitativa termine en septiembre de 2016.

«La economía alemana, en buena forma, se beneficia más de la depreciación del euro y de la caída de los precios del petróleo que la muchos otros países de la zona del euro», según el economista jefe de Commerzbank.

El euro seguirá sufriendo por el programa de expansión cuantitativa pero el DAX 30 se podría beneficiar cuando el BCE comience a comprar bonos por la ausencia de alternativas de inversión y dado que la media de rentabilidad del dividendo del índice es del 2,8 %, superior a la rentabilidad de los bonos soberanos y corporativos.

Commerzbank prevé que el DAX 30 se situé a finales de año en los 11.800 puntos, un 20 % más que a finales de 2014.