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Más de una semana después de que el avión de la compañía AirAsia se estrellara en el mar de Java con 162 personas los equipos de rescate continúan este lunes la búsqueda de las cajas negras y centran sus esfuerzos en encontrar la cola del aparato.

Las condiciones climatológicas son más favorables este lunes, informó Suryadi Supriyadi, portavoz de la Agencia Nacional de Búsqueda y Rescate (Basarnas).

Un equipo de buzos se encuentra preparado para sumergirse en las aguas del noreste del mar de Java donde se han detectado mediante radar cinco grandes objetos, localizados a unos 30 metros de profundidad.

Las autoridades indonesias, además, disponen de varios submarinos no tripulados equipados con cámaras para tratar de confirmar si los restos encontrados pertenecen al fuselaje del aparato.

El Basarnas informó en su último comunicado de que se han recuperado 34 cadáveres, de los que 9 han sido identificados, mientras que el jefe de la Marina Indonesia, Abdul Aziz Jaafar, publicó en su cuenta de Twitter que se han avistado dos nuevos cuerpos flotando en el mar.

Las autoridades indonesias creen que gran parte de los viajeros pueden estar atrapados en los asientos de esos posibles restos, que miden entre 7 y 10 metros de largo.

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Un total de 27 barcos y 20 aeronaves de diversos países participan hoy en las operaciones de búsqueda y rescate de víctimas y de las cajas negras del avión de AirAsia, indicó la agencia indonesia.

En un informe, la Agencia Indonesia de Meteorología, Climatología y Geofísica (BMKG, en sus siglas en bahasa) señaló el sábado que la causa más probable del accidente fue un daño en el motor causado por formación de hielo al atravesar una nube, aunque las autoridades aún buscan las cajas negras para acceder a los registros y saber qué sucedió.

El vuelo QZ8501 despegó de la ciudad de Surabaya, en la isla de Java, el 28 de diciembre y tenía previsto aterrizar unas dos horas después en Singapur, pero se estrelló en el mar de Java cuarenta minutos después de partir.

Transportaba 155 indonesios, tres surcoreanos, un británico, un francés, un malasio y un singapurense, entre 155 pasajeros y una tripulación de 7 personas.

El piloto llamó a la torre de control en Indonesia cuando sobrevolaba el mar de Java por el sur de Borneo y solicitó permiso para virar a la izquierda y subir desde los 32.000 pies de altitud (9,76 kilómetros) hasta los 38.000 (11,59 kilómetros) para eludir una tormenta.

La torre de control aprobó el viraje en el momento pero cuando unos minutos después llamó al piloto para aprobar un ascenso, solo hasta los 34.000 pies, no pudo establecer contacto.