Una mujer ucraniana, llora en la plaza de la Independencia de Kiev, tras ser movilizado el país ante la amenaza de una intervención militar por parte de Rusia. | Reuters

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Ucrania puso en alerta de combate a las fuerzas armadas, cerró su espacio aéreo a vuelos no comerciales y movilizó parcialmente a los reservistas ante la creciente intervención militar rusa en la república autónoma de Crimea, poblada mayoritariamente por rusos étnicos.

El presidente interino del país, Alexandr Turchínov, denunció que «tropas rusas bloquean unidades militares ucranianas» y aseguró que Ucrania considerará una agresión cualquier ofensiva contra éstas y que «si se produce un ataque de las tropas rusas, será considerado una agresión».

Turchínov compareció ante la prensa al término de una sesión a puerta cerrada de la Rada Suprema (Parlamento) ucraniana, que le dio todo tipo de facultades al Gobierno para hacer frente a lo que muchos políticos en Kiev llaman la ocupación militar de Crimea por Rusia. El Consejo de Defensa y Seguridad Nacional aseguró que la movilización de reservistas se lleva a cabo conforme a los planes de Ministerio de Defensa, que llama a filas solo a quienes considera necesarios.

Tras la autorización

Estas decisiones fueron adoptadas menos de veinticuatro horas después de que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, solicitara y obtuviera la autorización del Senado de Rusia para emplear las fuerzas armadas rusas en el territorio de Ucrania.

Defensa indicó que «el personal de las unidades de las Fuerzas Armadas de Ucrania en Crimea que están bloqueadas por hombres armados mantiene la tranquilidad e intenta, mediante negociaciones, impedir el derramamiento de sangre». En concreto, informó de que una brigada de guardacostas emplazada en la localidad de Pereválnoye fue rodeada por un millar de hombres armados que exigen a los militares ucranianos que depongan las armas, y que la misma situación se vive en una base naval situada en Feodosia.