El primer ministro libio Ali Zeidan (c) llega a la sede del Gobierno poco después de su liberación, en Trípoli, Libia, el 10 de octubre de 2013. Una milicia libia secuestró al primer ministro Ali Zeidan durante unas horas con la intención de obligarle a renunciar a su puesto. EFE/Sabri Elmhedwi | SABRI ELMHEDWI

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El primer ministro libo, Ali Zidán, ha permanecido varias horas secuestrado por un grupo de antiguos rebeldes integrados en un cuerpo de las fuerzas de seguridad, en un nuevo golpe contra la credibilidad del Gobierno en su estrategia de restablecer los aparatos de seguridad y poner coto a la inestabilidad en el país. El calvario de Zidán, que inmediatamente después de su liberación mostró su deseo de que el problema se solucione con «sabiduría», comenzó a las 05.00 hora local cuando varias decenas de milicianos del cuerpo «La lucha contra el crimen», dependiente del Ministerio de Interior, irrumpieron en el céntrico hotel Corintia de Trípoli, donde reside el primer ministro, y se lo llevaron a un lugar desconocido.

Durante las primeras horas del secuestro reinaron la confusión y las informaciones contradictorias. Por un lado, según sus secuestradores, Zidán había sido detenido y trasladado a una comisaría de acuerdo con la ley, acusado de «atentar contra la entidad y la seguridad» del Estado.

Condena

Por otro, varias fuentes gubernamentales aseguraron a medios locales que desconocen la razón del secuestro y la identidad de los asaltantes.

A media mañana, y tras una reunión de emergencia, el Gobierno condenó lo sucedido, lo calificó de crimen y de secuestro y exigió la inmediata liberación del jefe del Ejecutivo. «Los secuestradores tienen que asumir la responsabilidad legal, moral y nacional de la seguridad personal del primer ministro y la obligación de liberarlo inmediatamente», decía en una rueda de prensa el ministro de Justicia, Salah al Margani, arropado por el resto del gabinete.

Minutos después se extendió el rumor de que Zidán había sido liberado. Una noticia que no tardaría en confirmar como cierta el portavoz del Gobierno, Mohamed Yehia Kaber.

«El primer ministro ha sido liberado y se encuentra en buen estado de salud», dijo el portavoz, quien subrayó que Zidán no había sido puesto en libertad por sus captores, dando a entender que su liberación se produjo gracias a una intervención de las fuerzas de seguridad.

Hacia las 12.00 horas, el jefe del Ejecutivo hacía su entrada en su oficina rodeado de amplias medidas de seguridad, poniendo fin a un secuestro que se prolongo unas diez horas. En sus primeras declaraciones, Zidán ha asegurado que sus captores querían que dimitiera.