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Intensas ráfagas de disparos, explosiones esporádicas y una gran columna de humo negro que sale aún del centro comercial Westgate, en Nairobi, han marcado el día más tenso desde el inicio del asalto de los radicales islámicos al edificio, el pasado sábado. La cifra de víctimas aumentó ayer hasta 62, según el Gobierno keniano, y los heridos rondan los 180, mientras que el número de desaparecidos es de alrededor de 60 y se desconoce cuántos rehenes mantienen los integristas en el edificio, que sigue sitiado por militares y policías.

En una declaración televisada, el vicepresidente de Kenia, William Ruto, aseguró que «las Fuerzas de Seguridad están en la última fase para desalojar a los terroristas» y reconoció que se registraban disparos en el interior del edificio entre rebeldes islamistas de Al Shabab y soldados. Poco después, el Ministerio del Interior keniano aseguró que tiene «bajo control» el centro comercial de Westgate.

Sin rehenes

El dispositivo de seguridad ideado para finiquitar la crisis siguió en visible movimiento y los vehículos acorazados transitaban de continuo por las calles adyacentes al centro, con soldados fuertemente armados desplazándose a la carrera.

El Gobierno de Kenia cree que todos los rehenes atrapados en el centro comercial de Nairobi asaltado por islamistas el pasado sábado han sido liberados. «Creemos que todos los rehenes han sido liberados» en el centro Westgate, situado al norte del centro de la capital keniana, afirmó ese departamento en una escueta declaración divulgada en su cuenta oficial de la red social Twitter.

«Nuestras fuerzas están registrando el centro comercial piso a piso», agregó el Ministerio del Interior. Por su parte, la Policía keniana indicó que las fuerzas de seguridad tienen «la situación controlada en Westgate», sin aclarar la suerte que han corrido los asaltantes de la milicia radical islámica somalí Al Shabab atrincherados en el edificio, que está rodeado por el Ejército.