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Dos mujeres jóvenes participaron del ritual en el que el papa Francisco lavó y besó los pies a 12 personas durante la tradicional ceremonia con que la Iglesia Católica conmemora el Jueves Santo, en la primera vez en la historia que un pontífice incluye a mujeres en el ritual.

Además, el rito fue realizado de forma inédita en un correccional de menores en Roma, en lugar de las clásicas basílicas que han empleado habitualmente los antecesores de Francisco.

El Papa viajó al instituto de menores Casal del Marmo en las afueras de Roma para la tradicional misa, que conmemora el gesto de humildad de Jesús hacia sus apóstoles la noche antes de morir.

La ceremonia, tradicionalmente, se ha limitado a los hombres porque según los Evangelios todos los apóstoles de Jesús eran varones. El portavoz del Vaticano dijo que dos de las 12 personas a las que Francisco lavó los pies eran presos musulmanes.

Si bien el ex cardenal argentino Jorge Bergoglio incluyó a mujeres en el ritual cuando se desempeñaba como arzobispo de Buenos Aires, ésta fue la primera vez que la participación femenina tuvo lugar en una ceremonia papal de Jueves Santo.

Haber llevado la ceremonia a un correccional de menores también fue un hecho papal inédito llevado adelante por Francisco, quien al ser elegido hace apenas dos semanas dijo que quería estar más cerca de aquellos que sufren.

Todos los papas de los que se tenga memoria han realizado el ritual del Jueves Santo en las basílicas de San Pedro o de San Juan Letrán, que es la catedral que le corresponde al Sumo Pontífice como obispo de Roma.

En una breve homilía sin apuntes escritos, el Papa le dijo a los jóvenes detenidos que todos, incluido él, tenían que estar al servicio de los demás.

«Es un ejemplo del Señor. Él fue el más importante, pero lavó los pies de otros. Los más importantes deben estar al servicio de los demás», dijo Francisco.

En una misa en el Vaticano en la mañana del jueves, que marcó el inicio del ajetreado cronograma de Semana Santa, el flamante Papa instó a los sacerdotes católicos a dedicarse a ayudar a los pobres y a quienes sufren en lugar de preocuparse por sus carreras como «gerentes» de la Iglesia.

La homilía de Francisco en su primera celebración del Jueves Santo como líder de la Iglesia Católica Romana fue la señal más reciente, desde su sorpresiva elección hace dos semanas, de su determinación para que la iglesia de 1.200 millones de miembros se acerque más a los pobres.

«Tenemos que salir, entonces -para experimentar nuestra propia unción (como sacerdotes)- a las periferias donde hay sufrimiento, derramamiento de sangre, ceguera (...) y prisioneros esclavizados por muchos demonios», dijo durante una misa en la Basílica de San Pedro.

«Mediadores, no intermediarios»

El ex cardenal argentino de 76 años heredó una Santa Sede plagada de escándalos, en la que documentos filtrados a los medios meses atrás hablan de supuesta corrupción en su administración y luchas internas entre los prelados para avanzar en sus carreras.

En la misa, que dio inicio a cuatro días de gran actividad hacia la Pascua del Domingo, Francisco dijo que los sacerdotes no deberían quedar atrapados en la «introspección», sino salir de sí mismos y concentrarse en aquellos que necesitan su ayuda.

«Aquellos que no salen de sí mismos, en lugar de ser mediadores gradualmente se convierten en intermediarios, gerentes. Sabemos la diferencia: el intermediario, el gerente (...) no pone su propia piel y su propio corazón en el frente, nunca escucha una palabra cálida y sentida de agradecimiento», dijo el Papa.

Se prevé que en las próximas semanas Francisco comience a realizar cambios en la Curia, la burocracia central de la Santa Sede que estuvo en el ojo de la tormenta del llamado escándalo «Vatileaks».

El nuevo Papa pidió a los sacerdotes que vivan con sencillez y más cerca de los necesitados en el día en que la Iglesia Católica conmemora el momento en que Jesús fundó el sacerdocio, durante la denominada Última Cena, la noche antes de su muerte.

En un discurso ante unos 1.600 sacerdotes de Roma que asistieron a la misa, Francisco dijo que aquellos que no vivían en la humildad, cerca de las personas, se arriesgaban a convertirse en «recolectores de antigüedades o bisutería, en lugar de ser pastores que viven con 'el olor de las ovejas'».

El Papa eligió el nombre Francisco en honor a San Francisco de Asís, quien está asociado con la austeridad y la ayuda a los pobres. El nuevo pontífice ya ha dejado en claro que apunta a un papado y una Iglesia más humildes.

Los cuatro días que conducen a la celebración de la Pascua son los más ajetreados en el calendario litúrgico de la Iglesia Católica.

El viernes, el Papa presidirá dos servicios entre los que se encuentra la tradicional procesión del «Vía Crucis» (Camino a la Cruz) alrededor del antiguo Coliseo Romano.

Además, Francisco celebrará un servicio de vigilia de la Pascua el sábado por la noche, y el Domingo de Pascua, el día más importante en el calendario católico -que conmemora la Resurrección de Jesús-, brindará su primer mensaje «Urbi et Orbi» (a la ciudad y al mundo) a una inmensa multitud reunida en la Plaza San Pedro.