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El presidente de EEUU, Barack Obama, dejó ayer en suspenso la nominación del general John Allen, que está siendo investigado por supuestas «comunicaciones inapropiadas» con una de las mujeres implicadas en el escándalo amoroso que obligó a dimitir al ex general David Petraeus como director de la CIA.

Estaba previsto que el general Allen, comandante de las tropas aliadas en Afganistán (ISAF), compareciera mañana en una audiencia en el Senado para presentar su postulación como comandante aliado supremo en Europa.

Un trámite que parecía sencillo hasta que el romance entre Petraeus y su biógrafa Paula Broadwell, destapado el pasado viernes, se cruzara en su camino, al entrar en escena una nueva protagonista. El portavoz de seguridad nacional, Tommy Vietor, anunció esta mañana que, a petición del secretario de Defensa, Leon Panetta, el presidente Obama había «dejado en suspenso» la nominación de Allen, sujeta a una investigación abierta por el Pentágono.

FBI

Panetta indicó, por su parte, que el domingo el FBI remitió información sobre las investigaciones en torno al general Allen por su relación con la mujer supuestamente víctima de ciberacoso por parte de la amante y biógrafa del general Petraeus, por lo que ordenó una investigación del Inspector General.

La prensa estadounidense apunta que el Pentágono está revisando entre 20.000 y 30.000 páginas de documentos, muchos de ellos correos electrónicos que intercambió con Jill Kelley, amiga de la familia Petraeus, y la mujer dijo al FBI haber recibido correos electrónicos amenazantes de Broadwell, lo que destapó el affaire de Petraeus. En declaraciones a la prensa que viajan con el secretario de Defensa, Panetta precisó que el general negó haber actuado incorrectamente y consideró que «merece el debido proceso».