Miles de seguidores de Mursi salieron a la calle para festejar sus últimas medidas. | Agencias

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El Ejército egipcio calificó ayer de «cambio normal» la remodelación de la cúpula castrense ordenada este domingo por el presidente del país, el islamista Mohamad Mursi, que ha sido acogida por la clase política con una extraña mezcla de alivio y recelo por los poderes que ahora concentra el mandatario. Mientras, la plaza Tahrir se llenó de entusiastas seguidores de Mursi que aclamaron sus medidas.

El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas reiteró que su intención nunca fue perpetuarse en el poder y que se trata de «un traspaso de la responsabilidad a una nueva generación de egipcios que protegerá el país». Además, recalcó que ya había conseguido su objetivo, que no era otro que tutelar la transición y celebrar elecciones.

Poder

En un giro que sorprendió a todo el país, Mursi anunció este domingo el paso al retiro del ministro de Defensa, Husein Tantaui, y del jefe del Estado Mayor, Sami Anan, y designó sucesores en la cúpula castrense. Además, anuló las enmiendas constitucionales que reservaban a las Fuerzas Armadas la autoridad legislativa, en un paso que ayer aplaudieron las fuerzas políticas, aunque la mayoría mostraron su recelo ante la cantidad de poder que el islamista concentra en su mano. Y es que con estos cambios, Mursi reúne ahora todo el poder ejecutivo y legislativo, pues el Parlamento fue disuelto por orden judicial.

También gana la opción de designar a una Asamblea Constituyente si la actual «tiene algún impedimento» para redactar una nueva Carta Magna.