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Al cumplirse el primer aniversario de la Revolución del 25 de Enero, Egipto se debate entre aquellos que quieren celebrar sus logros y los que saldrán hoy a la plaza cairota de Tahrir al considerar que no se han cumplido las demandas del pueblo.

El portavoz del Movimiento de Jóvenes del 6 de Abril Mahmud Afifi será uno de los muchos egipcios descontentos con la deriva de la transición, gestionada por la Junta Militar, que mañana acudirá a la emblemática plaza del centro de El Cairo.

«Nadie va a celebrar nada, toda la gente va a salir a continuar la revolución», aseguró Afifi, miembro de uno de los grupos instigadores de las protestas que acabaron con treinta años de régimen de Hosni Mubarak en febrero pasado.

Para la jornada hay convocadas marchas que saldrán de distintos puntos del país, aunque las principales se desarrollarán en El Cairo y en Alejandría, en la costa mediterránea.

Afifi explicó que «los egipcios saldrán para continuar con la revolución y conseguir que se cumplan sus demandas. La reivindicación principal es el traspaso del poder; la Junta Militar tiene que transferirlo inmediatamente para poder concentrarnos en el futuro».

Los jóvenes tenían grandes expectativas de que la revolución cambiara las vidas de los ciudadanos, donde en el intervalo de un año los militares han pasado de ser vistos por ellos como héroes nacionales a ser los villanos de la película.

Misión

Como la Junta Militar se declara garante de la transición no abandonará su misión hasta que la haya cumplido: cuando se hayan celebrado las elecciones a la Cámara Alta del Parlamento, se apruebe una nueva Constitución y se elija un nuevo presidente de la República.

El Consejo Supremo de la Fuerzas Armadas tiene en su haber la organización de las primeras elecciones legislativas de la era pos Mubarak, que pese a sus irregularidades pueden calificarse de democráticas, y la formación de un nuevo Parlamento con una mayoría, en este caso islamista, elegida por el pueblo.