La tensión en la plaza de la Liberación de El Cairo crecía minuto a minuto tras el anuncio de Mubarak de que no renunciaba a presidir Egipto. | FELIPE TRUEBA

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El presidente egipcio, Hosni Mubarak, anunció que seguirá en el poder, pero con menos prerrogativas al ceder parte de ellas a su vicepresidente, Omar Suleimán, pese a las expectativas creadas sobre su marcha durante el día de ayer. «He considerado delegar al vicepresidente de la República los poderes y las prerrogativas de acuerdo con la Constitución», dijo Mubarak, de 82 años y en el cargo desde hace tres décadas, en un discurso televisivo.
Además, en su alocución, el jefe de Estado no solo no dijo claramente que haya renunciado a la Presidencia, sino que se comprometió a dirigir un proceso que lleve a unas «elecciones (presidenciales) libres y limpias» en septiembre próximo. «Me aferraré a proteger la Constitución y los intereses del pueblo hasta que se entregue el poder y la responsabilidad a quien elijan los electores en septiembre próximo», afirmó.

Juramento

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«Eso es lo que yo juré», aseguró Mubarak, quien se comprometió a un «traspaso pacífico» del poder. Por su parte, el presidente de la Cámara Baja del Parlamento, Fathi Sourur, en declaraciones a la televisión estatal, aclaró que Mubarak ha traspasado algunas prerrogativas al vicepresidente, de acuerdo con las limitaciones constitucionales, pero conserva otras. Entre las que conserva figura la reforma de la Constitución y la disolución del Parlamento y del Gobierno.


El «rais» (presidente) adelantó que seguirá con el diálogo con la oposición y piensa castigar a los responsables de la represión. Este último punto no quedó claro a qué se refería. A lo largo de toda la tarde de ayer se había especulado en medios de comunicación locales e internacionales sobre la posible salida de Mubarak del poder, acuciado por la creciente presión popular. Las alarmas saltaron sobre las 18.30 horas cuando la televisión estatal informó de que el «rais» iba a pronunciar un discurso próximamente. Poco después de la intervención de Mubarak, el vicepresidente apareció en la televisión estatal para dar un discurso dirigido a la nación en el que calificó la situación actual del país de «momento decisivo» y asegurar que «la puerta está abierta a más diálogo».
Suleimán hizo también un llamamiento a la unidad y pidió a los ciudadanos que «trabajen juntos para hacer un futuro brillante», en un discurso televisado. «Llamo a todos los ciudadanos para que trabajen juntos para hacer un futuro brillante. No nos podemos dejar llevar por el caos», advirtió Suleimán y pidió a los manifestantes de la plaza de la Liberación que depusieran su actitud.