El príncipe Felipe fue el representante español en la toma de posesión de Santos. | Efe

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El oficialista Juan Manuel Santos asumió el sábado la presidencia de Colombia y anunció que unos de sus propósitos fundamentales será reconstruir las relaciones diplomáticas con Venezuela y Ecuador, deterioradas durante el mandato de su antecesor Alvaro Uribe.

Después de que asumió el poder y juró cumplir la Constitución en la histórica Plaza de Bolívar, en el centro de Bogotá, Santos descartó una guerra con los países vecinos.

El tecnócrata de 58 años, educado en Estados Unidos e Inglaterra, dejó abierta la posibilidad de un diálogo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), pero lo condicionó a que suspendan las actividades criminales y depongan las armas.

Como lo reclamó en la campaña electoral la mayoría de los 44 millones de colombianos, el mandatario se comprometió a combatir la corrupción y a impulsar decisivas reformas económicas y sociales para combatir la pobreza y el desempleo.

Vivir en paz

«Queremos vivir en paz con todos nuestros vecinos. Los respetaremos para que nos respeten. Entendemos que sobre las diferencias ideológicas se impone el destino compartido de hermanos de historia y de sangre; que nos unen propósitos comunes para trabajar por nuestra región y nuestra gente», afirmó.

Mientras, Bogotá y Quito tratan de normalizar sus relaciones diplomáticas, suspendidas por el presidente ecuatoriano Rafael Correa en marzo de 2008, después de que militares colombianos bombardearon una zona selvática de Ecuador, en un ataque en el que murió el líder de las FARC Raúl Reyes y 24 personas más.

«Así como no reconozco enemigos en la política nacional, tampoco lo hago en ningún Gobierno extranjero. La palabra guerra no está en mi diccionario cuando pienso en las relaciones de Colombia con sus vecinos o con cualquier nación del planeta», dijo Santos.

«A los grupos armados ilegales que invocan razones políticas y hoy hablan otra vez de diálogo y negociación, les digo que mi Gobierno estará abierto a cualquier conversación que busque la erradicación de la violencia, y la construcción de una sociedad más próspera, equitativa y justa», afirmó.

Santos asumió la presidencia con el respaldo de los inversionistas y empresarios después de que en su campaña prometió dar continuidad a las políticas de libre mercado de Uribe.