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El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, evita el escándalo del nepotismo con el «sacrificio» de su hijo Jean, que ayer fue elegido sólo miembro de un alto organismo del Estado y no su máximo responsable, tras una lluvia de acusaciones.

El joven Jean se convirtió en administrador del Etablissement Public d'Aménagement de La Défense (EPAD), un organismo del Estado que gestiona el barrio de negocios parisino situado al oeste de la capital cuyo presidente es calificado extraoficialmente de «embajador». Los 23 años del hijo de Sarkozy, estudiante de segundo curso de Derecho -carrera marginada, al menos de momento, por su fulgurante carrera política- dieron motivos claros de crítica por la izquierda y de reproches desde las filas de la gobernante UMP.

Renuncia

Pero el hijo del presidente de la República, renunció a ser elegido posteriormente por los miembros del EPAD como su presidente tras aludir a que no quería «una victoria manchada de sospechas». La renuncia de Jean, hijo del primer matrimonio del presidente francés, se conoció exactamente una semana después de que su padre rechazara las acusaciones de nepotismo y dijera que los ataques contra su vástago estaban en realidad dirigidos contra él.

Ayer, en las reacciones de la clase política rige casi la unanimidad por el «gesto» del joven Sarkozy, del que destacados miembros de la derecha alabaron su «madurez», mientras que otros de la izquierda destacan su «lucidez».